¿Domingo? ¿Qué mejor que irse de concierto? Eso fue lo que pensó nuestro redactor Darío Vives cuando acudió el pasado día 27 a disfrutar de Woodchuck en el Nevermind de Barcelona.

¡No te pierdas su crónica con fotos de Hector Ges Photography!

 

 

El domingo 27 nos plantábamos en el bar Nevermind de Barcelona para acabar la semana con una buena dosis de punk rock playero con Woodchuck. Ya con la cerveza en la mano y a punto de empezar la fiesta, me doy cuenta de que a pesar de estar todo montado... No hay equipo de voces! Woodchuck tuvieron muchos problemas técnicos más allá de lo que ellos pudieran hacer. Hablando con ellos me contaron que el técnico de sonido apareció justo cuando tenía que empezar el concierto. Además, cuando por fin llegó no tenía la llave del lugar donde se guardaban los altavoces, así que hubo que recurrir a un método más rudimentario. Patada a la puerta, según me contaron.

Tras colocar los altavoces, ajustar el sonido... Empezó el concierto. Como es habitual cuando hay problemas en las pruebas de sonido, los problemas se notan aún más en el primer o primeros temas. El problema del concierto de Woodchuck fueron las voces, que o se oían demasiado flojas o se acoplaban, creando esos pitidos que todos odiamos en los conciertos. Cualquiera que no les hubiera visto antes, pensaría que por culpa de los problemas técnicos, se vendrían abajo y no sería un buen concierto. Si alguien pensó eso, se equivocó. Y mucho.

Arrancando con un homenaje a Marty Mcfly sonó “Where we're going we don't need roads”, seguida de “If a woodchuck could chuck wood” una trabalenguas (de donde proviene el nombre de la banda) convertida canción. “Russian Beers”, cuarta canción de su “Homemade Demo”, fue la tercera en sonar sin descanso alguno. Una canción sobre un bar, cerveza rusa y futbolines!

Woodchuck estaban dándolo todo. No paraban los saltos, el headbang y, sobretodo, el buen rollo. Por desgracia no se puede decir lo mismo del público que, a causa de los problemas técnicos, estuvo algo desinflado al principio. Luego ya empezaron los pogos, el crowdsurfing, la interacción con la banda...

El show prosiguió, y empezó a sonar la primera cover de la noche, “You don't care nothin'” de Rancid. Le siguió “Lips and fingers”, propia de Woodchuck. “Call your friends” de Zebrahead alimentó muchísimo la fiesta. Pero aún más lo hizo el single del EP de Woodchuck. Hablamos de “Kicked Out” (personalmente, mi favorita). El publicó literalmente enloqueció. Un circle pit, los pogos mas grandes de la noche, crowdsurfing y todo el publico cantando a pleno pulmón!

Prosiguieron con “I want you bad” de Offspring, seguidamente de “22 seconds” (que dura exactamente eso, 22 segundos) y “Headbang motherfucker!” donde, obviamente, predominó el headbang mientras el pogo llegaba hasta el escenario, llegando incluso a casi tirar algún micrófono.) Acto seguido nos presentaban “Comics, punk and porn” y “Friends of the whole world” antes de empezar a avisar de que el concierto estaba llegando a su fin.

Entre lamentos del público y aplausos para que la diversión que vivimos no acabara, sacaron la metralleta final. Los primeros disparos fueron a cargo de “St. Jimmy” de Green Day. La locura se apoderó del publico otra vez y volvieron los pogos y el crowdsurfing. Finalmente vaciaron el cargador con “Veggie Zombie Apocalypse” la canción que abre su EP. Es una de esas canciones que te hacen cantarla, si o si, lo mas fuerte que puedas.

Tras las despedidas de rigor y con un público rendido en aplausos, volvieron a la carga con el último tema de la noche. Repetido, todo sea dicho, pero a nadie de los allí presentes nos importaba. Lo único que queríamos era fiesta, fiesta y mas diversión con Woodchuck. “Kicked Out” fue la encargada de cerrar la noche.

Sin duda alguna, un gran concierto. Divertido, en ningún momento pesado y con una entrega de la banda hacía el público realmente fantástica. Si te gusta el punk rock, debes escucharlos. Y cuidado con Woodchuck, que vienen pisando muy fuerte!

 

Fotos:  Hector Ges Photography

Crónica: Darío Vives