El pasado sábado la sala Copérnico de Madrid acogió el paso de la gira presentación de “No Somos Viento”, el último disco de Inconscientes. Junto al quinteto estuvo Vuelo 505 y nuestro redactor nonamed no se lo quiso perder.

¡Aquí os dejamos la crónica de la noche!

 

 

Hay días buenos. Hay días malos. Y hay días de rock. Días en los que es difícil que las cosas salgan mal, porque sabes que lo que te espera al final va a ser algo memorable. Y es que, aunque nunca había tenido la oportunidad de escuchar a Inconscientes, el curriculum de sus componentes sólo puede garantizar un directo de categoría. Bueno… casi siempre.

Pero antes de eso, en el galeón que es la sala Copérnico de Madrid, nos esperaban Vuelo 505, un grupo joven de rock con algunas influencias pop rock, y dos discos en el mercado. La banda liderada por Rubén, su vocalista, derrocha profesionalidad por las cuatro esquinas del escenario, pero no enganchan. Quizás fuera porque la sala aún estaba prácticamente vacía o porque les falta experiencia sobre el escenario (musical, van más que sobrados), pero se notaba que no había conexión con el público. El problema es que no podría destacar ningún momento del concierto, y me entristece. Cuidado, no se me malinterprete, el grupo suena de lujo, y os aconsejo que vayáis a verles, porque hacen un rock muy profesional, pero necesitan mucho rodaje, mucho movimiento y usar más al público. Al menos, en el concierto de Copérnico. Chicos, hay que reventar el escenario, porque lleváis una propuesta genial, pero os falta dinamismo.

Me llama muchísimo la atención que aún en España no sepamos consumir directos. Porque cuando comenzaba Inconscientes, sobre las 21:30, aún no estábamos todos los que tendríamos que estar. Es algo que se me escapa. Lo primero, no entiendo que no vayas a ver al grupo telonero donde puedes descubrir al grupo de tu vida (cosa que a mí me ha pasado muchas veces). Lo segundo, no entiendo que ni siquiera estés para ver el inicio del show del grupo al que admiras.

Pero vayamos a lo que veníamos. Inconscientes arrasó. Me gustaría no contar más, y que vayas tú a descubrir el por qué arrasó. Pero voy a seguir. Voy a empezar por decir que Inconscientes hacen rock and roll puro y duro, con muchísima distorsión y unos temas que calan. Que te tocan el corazoncito, sin necesidad de que sean baladas pastelosas (soy un buen fan de esas baladas pastelosas). Y gran culpa de ello la tiene Jon Calvo, un treinteañero que siente lo que canta, que vive hasta lo más profundo eso que defiende. Que salta, que baila, que se mueve, que usa al público. Y que se dedica a lo sabe hacer. Tocar y cantar. Sin discursos. Sin interrupciones. Pero no nos vamos a olvidar a una de las grandes figuras del rock estatal. Iñaki “Uoho” Antón cuya sola presencia ya levanta al público. El único problema que le vi a Iñaki es que todo el escenario quiere disfrutar de su imagen, y se movió muy poco de su zona. Hablo de ellos por ser la parte más visible del grupo, pero Miguel, Aiert (hay que centrar más su teclado en el escenario porque estaba a oscuras) y José son unos grandísimos acompañantes de travesía. Buscad sus curriculums porque dan envidia. Sonaron los temas de Inconscientes (“El Avispero”, “Todas las Calles”, “Luna”, “Dentro de una Botella”, “Una Vez Más”…) y sonaron temas de Platero y tú (“Voy a Acabar Borracho”, “Alucinante”, “Hay Poco Rock’n Roll” y “El Roce de tu Cuerpo”). Y bajo mi opinión, creo que fueron demasiadas versiones. Sí, la gente estaba encantada, pero íbamos a ver a Inconscientes. Por otro lado, es sensacional la vuelta de tuerca que ha dado el grupo a los temas de su primer disco, sonando con mucha más fuerza

Creo que me he extendido bastante y toca terminar. Copérnico sonó genial durante ambos conciertos (salvo algún momento atropellado de Inconscientes que no pude identificar por qué). Y que, aunque estuve muy a gusto (gracias por mantener una temperatura agradable), se tomaron la ley antitabaco demasiado a la ligera.

Se acercan las nominaciones en KeepTheFlame para los mejores del 2018 e Inconscientes me lo ha puesto muy fácil.

 

Crónica y fotos: nonamed