El fin de semana pasado la imparable gira de Dakidarría llegó a la sala Caracol, con Oktopussy como grupo invitado. Una cita que no nos quisimos perder y que hoy nonamed nos relata.

¡No os perdáis esta crónica!

 

 

Madrid es el lugar de los planes todos los días. Incluso cuando no lo esperas. Y es que la cobertura de este concierto surgió de una invitación de El Garaje Producciones. Y en una constante evolución musical, dentro del rock, acepté dicha invitación.

El pasado 1 de marzo se daban cita en la mítica sala Caracol los grupos Oktopussy y Dakidarría, dos grupos que a pesar de que hacen "ska", son muy diferentes entre sí.

Poco más tarde de la hora anunciada, el telón (sí, la sala tiene telón) se retiraba y aparecían los ocho componentes de Oktopussy de espaldas para presentar su primer trabajo publicado en 2018 y que se titula “Ska Cerebral”. Los madrileños, con Charly Gofres a la cabeza nos hacían disfrutar de un ska divertido y resultón. Con un sonido que fue de menos más, la sala presentaba aún un aforo reducido, a pesar de tocar en casa, pero fiel. Donde la veintena de personas, que fue incrementándose poco a poco, nos hacíamos (o nos hacían) partícipes de la fiesta que es el grupo. Con bailes típicos de ska, que tanto nos gustan, y con algún pogo, que en este caso, era esperado, aunque también avisado. El grupo, compaginó las canciones de su primer disco con versiones de Bongo Botrako o Piperrak.

Como decía antes, Charly es un tipo divertido, directo, que te invita a saltar de cualquiera de las maneras, incluso bajándose a la zona de público. Pero no sólo él, sino que su trombón, Dani Valero, se atrevió a organizar un círculo, para después, comenzar el pogo.

 

No fue largo el concierto de Oktopussy, pero sí la espera entre un grupo y otro. Porque después de media hora, los gallegos Dakidarría, salían al escenario para ofrecernos los temas de su último EP “Filosofía Incendiaria” y hacer un repaso a sus más de quince años de carrera. Quizás el cantar en su lengua materna, les pueda perjudicar, no lo sé, pero está claro que, fuera de su tierra, no creo que se les pueda considerar un grupo puntero por el momento, aunque después del último directo publicado, el grupo va ganando seguidores de forma exponencial.

Antes había dicho que entre ambos grupos había un punto común, que es el ska. Pero en el caso que nos atañe, el ska es mucho más reivindicativo, cogiendo mucho más protagonismo el punk, e incluso (y esto es algo que me gustó, porque no desentonaba en ningún momento) el rap. Algo a destacar, es todo el show de luces que llevan, que te hace estar en un barco, o rodeado de sirenas de peligro. Y no sólo eso, sino que predominan las figuras, las siluetas de sus músicos en el escenario. Y es que, llevar un técnico de luces propio, puede hacer que el concierto adquiera otra dimensión. Sobre el sonido, todo fue sin contratiempos.

Tampoco faltaron los pogos en una sala, que a estas alturas, había aumentado el número de asistentes considerablemente y donde no pudo faltar el homenaje a Juanín, antiguo miembro de la banda, con el tema “Eterno Festival” y que probablemente fue el momento más emotivo de la noche y donde todo el público participó con ese “uohh uohh”.

Con un gran sabor de boca, porque había disfrutado de un estilo musical al que no estoy acostumbrado, salí de aquella sala tan emblemática. Ahora estoy en casa, y sin duda ya estoy siguiendo la pista a estos dos grupos: Oktopussy y Dakidarría.

Dales una oportunidad, y si no te convencen dales otra.

 

Crónica y fotos: nonamed