El tour de Corazones Eléctricos está siendo una de las giras más celebradas del rock patrio, así que cuando la banda amenazó con arribar al Norte, no dudamos en acercarnos a Bilbao para disfrutar de su directo y de regalo descubrir a Indrid.

¿Queréis saber cómo fue la noche? ¡No os perdáis esta crónica!


¿Existe mejor plan para un sábado que un viaje, visitar una ciudad que te encanta y disfrutar de un concierto de rock?
Con esa premisa el pasado sábado día 4 me planté en Bilbao, autovía A8 mediante, para vivir de primera mano la gira de presentación "De Amor y Rabia" de Corazones Eléctricos, de la cual tan bien había hablado mi compañero nonamed a su paso por Madrid y que a la postre no me defraudaría a mi tampoco.

Pero no adelantemos acontecimientos, pues lo primero es hablaros de la sala Azkena Bilbo. Era mi primera visita a dicha sala y ¡qué maravilla! Situada en una zona estratégica de Bilbao, a un paso de la ría y cerca de hoteles y del casco antiguo, es un local ideal para conciertos de pequeño/medio aforo, de los que tanto nos gustan en esta web. Buena decoración, un buen escenario, tanto por dimensiones como por sonido; iluminación a la altura y visión del escenario desde el 90% de la sala, tan solo alguna columna evita la perfección de la sala. En resumen, la sala que querrías tener en tu ciudad, programando de forma constante y variada.

Después de un pequeño baile de horarios en las redes sociales, a eso de las 21:30h empezaría a sonar la música gracias a Indrid. La banda de Barakaldo fue una sorpresa para mí, totalmente desconocidos para mi persona, los cuatro músicos arrancaron tras una larga intro y con un público frio, algo curioso siendo "de casa". Pero este hecho poco le importó a la banda, que en cuarenta minutos de show supo darle la vuelta al concierto y terminar llevándose a toda la sala al bolsillo. Mientras sonaban temas como "Electricidad", "VIaje a las Entrañas", "Código Z" o "Dogma", con un pequeño homenaje a Uzzhuaïa incluido; la banda fue ganándose acorde a acorde nuestra aprobación. ¿La receta? Sencilla, una base rítmica potente y certera a manos de Andoni y Bloki, un trabajo excelente en guitarras y coros de Old School Kitxu (además de un look 100% hard rock) y un frontman imparable llamado J. Kaiser.



El vocalista de Indrid fue realmente su arma secreta. Y es que la banda ofrece musicalmente una amalgama de ideas estilística que varía de tema en tema, a veces las canciones suenan más hard rock, otras veces reconocerás la influencia del grunge de bandas como Alice in Chains y cuando parece que ya tienes pillado el rollo del grupo, aparecen unas reminiscencias a esa ola de metal alternativo de los 2000’s que abanderaron en España unos tales Sôber. Pero como digo, en esa mezcla, J. Kaiser se desenvuelve como pez en el agua, quizás forzando demasiado vocalmente en algún momento, pero sin escatimar un gramo de actitud en el camino. Sirva de ejemplo que "Torres de Papel" cerró su concierto y al vocalista casi hubo que obligarle a subir al escenario, pues se pasó más de medio tema entre el público.
Gran descubrimiento, una banda candidata a nuestra recopilación de "10 grupos que debes descubrir".

Corrían las 22:18h cuando tras el cambio de grupo más rápido que recuerdo, Corazones Eléctricos salía al escenario. Y lo hacía sin anestesia alguna, salir al escenario, enchufar los amplis y al lío. "Canción Urgente", "Aullar Contigo", "Camino al Sur"... Pau, Quique y Pete salieron a arrasar y lo hicieron desde el primer acorde, sin descanso, sin historias entre tema y tema, solo rock n roll y zapatilla durante poco más de una hora mágica.
Mas esta energía de la banda no nos impidió ver la calidad individual del grupo. Y es que si bien el trio vive un momento dulce como grupo, individualmente estamos hablando de musicazos. A Pau a estas alturas ya lo conocemos todos, es una de las mejores gargantas del rock nacional, pero además ha ganado enteros en su labor guitarristica, llegando a llevar incluso cuatro guitarras distintas; y sinceramente, nunca lo había visto tan sonriente y motivado en un concierto y creedme, he visto muchas veces a Pau en directo. Pero
Corazones Eléctricos no es solo Pau, pues a su izquierda lleva un seguro de vida llamado Pete Sala, con una presencia escénica brutal y un "algo" en su sonido que podría levantar a los muertos; y tras ellos está Quique Cuquerella, una apisonadora sónica que encima se permite el lujo de realizar los coros de los temas mientras tanto, maravilloso.

Estábamos pues ante una máquina de hacer rock perfectamente engrasada y solo necesitábamos que los temas hicieran el resto. Y ahí el trío supo jugar sus cartas, presentando una soberbia colección de himnos como "En Las Estrellas", "Por Ti", "Todo Por el Aire", "Cama de Faquir", las tranquilas "Renglones Torcidos de Dios" o "Tú", que incluyó dedicatoria especial de Pau a la mujer de su vida; la coreadísima "La Destilería" o "Quién Salvará el Rock n Roll". Aunque el broche de oro lo puso ella, "Valentina". Temazo de los irrepetibles para cerrar un concierto de sobresaliente, sin bises ni historias.



Lo de Corazones Eléctricos en el Azkena Bilbo no fue un concierto, fue terapia para el alma. Una noche de esas de cantar a grito pelado y olvidar todos los males del mundo, una auténtica noche de rock.



Como apunte final, comentaba Pau Monteagudo en la presentación de uno de los temas, que era una pena que las bandas necesitasen tanta suerte para triunfar. Y lo cierto es que las bandas no necesitan tanta suerte, tan solo que los amantes del rock (y del metal) despertemos de una vez, dejemos de apoyar absurdamente a los dinosaurios del rock y sus giras sacapasta/despedida y disfrutemos de bandas como Indrid o Corazones Eléctricos, ya si puede ser, olvidándonos en el proceso del móvil y las redes sociales para completar una experiencia inolvidable.
El cambio está en nuestras manos, y gente como Pau, Pete, Quique, Andoni, Kaiser, Kitxu y Bloki están dejándose la piel en los escenarios para que ocurra. Y mientras ellos no pierdan la fe, nosotros seguiremos manteniendo encendida la llama.

Crónica y fotos: FelipeSM