El pasado mes de febrero la gira de Ghost Brigade hizo escala en Londres y hasta allí se fue nuestra redactora Xell para disfrutar de su actuación junto a los suecos Agrimonia.

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España (junto a Portugal) sigue siendo la gran olvidada en muchas de las giras menos comerciales que pasan por Europa. Si bien cada vez hay más promotoras que se arriesgan y nos montan algo fuera de lo normal, a veces no podemos evitar sentir que pertenecemos a África del Norte. Así que cuando Ghost Brigade anunciaron su gira europea para presentar su último disco IV – One with the Storm, no me extrañó en absoluto ver que no hacían parada en la península, más si tenemos en cuenta la nefasta asistencia de su paso por el Ritual Cvlt Fest el pasado octubre. No obstante, dado mi complejo de Willy Fog, que considero el último disco de los finlandeses como lo mejor de 2014 y que encima una de las bandas que los acompañaban eran los suecos Agrimonia, no hizo falta convencerme mucho para coger un avión y plantarme en la fecha londinense.

Además de los ya mencionados suecos, el tour también contaba con la presencia de Talbot. Venían desde Estonia y practicaban un stoner doom que supuestamente tenía que molar ya que los finlandeses los habían pintado como lo mejor que había salido últimamente. Pues lamentablemente se quedó en un supuesto, ya que me resultó una banda del montón, aburrida y bastante precaria en cuánto a técnica. Not my cup of tea que dirían por estas tierras. Yo por mi parte hice un beer time y curioseé un poco el merch de las bandas para luego colocarme en buena posición ya que el dichoso bar podría tener un nombre gracioso, pero más que acercarse a la definición de una sala de conciertos, se acercaba a la acepción de antro.

Con el reloj acercándose a las nueve de la noche, los de Gotemburgo tenían ya todo preparado para descargarnos su música llena de fuerza y agresividad. Era el turno de los Agrimonia de Christina, la cual nos dejó a todos estupefactos, no solo con su gran voz, sino también con su entrega y la energía que puso durante todo la actuación. Sin lugar a dudas, el peso del directo recaía sobre ella. El concierto se me hizo increíblemente corto pese a que tocaron unos 45 minutos, siendo Rites of Separation el principal protagonista de su set. La actitud del público poco tenía que ver con la que habíamos presenciado durante la actuación de los de Estonia. Entrega al 100% y me atrevería a decir que pocos de los allí presentes no tararearon las primeras notas de “Talion”, tema con el que empezaron el show. Su mezcla de “neo-crust” con sludge y algún que otro toque de doom pareció enamorar por completo a la audiencia londinense mientras que los suecos fueron directos al grano, sin perder mucho el tiempo en hablar y simplemente agradeciéndonos el estar allí. “While Life Lies” fue uno de los temas estrellas de toda la noche, canción que sabe combinar a la perfección melodía y tralla, creando una atmósfera de lo más idónea para un viernes noche. Magnus, Pontus y Bjorn, guitarras y batería de la banda respectivamente, demostraron ser muy camaleónicos al pasar del death metal más clásico al que nos tienen acostumbrados con Miasmal, al interpretar los temas de Agrimonia con la misma calidad y profesionalidad. “The Battle We Fought” fue la tercera elegida de su último disco para dar paso al magistral final que dieron de la mano de “The Decay”. Esta última tiene una de las introducciones más bonitas que se han compuesto en los últimos años. Los suecos se despidieron entre merecidos aplausos y ovaciones tras una gran lección de cómo dar un buen concierto. Malditos sean los suertudos ingleses que podrán disfrutar de ellos en el festival Desertfest mientras que nosotros probablemente nunca los tendremos por estos lares.

 

Después de un breve descanso, llegaba el turno de Ghost Brigade. Los finlandeses simplemente parieron el mejor disco de metal del año pasado. Personalmente, IV – One With the Storm me enamoró desde la primera escucha, nada más salir uno de los adelantos, precisamente uno de los temas con los cuales empezaron la noche “Wretched Blues”. El directo de los de Jyvaskyla me parece uno de los más sólidos y competentes del panorama musical actual, del cual el único achaque que podemos encontrarle es que el concierto no dure algo más de la ya estándar hora y cuarto que suelen tocar todas las bandas. El sonido fue impecable, algo que a priori no te esperas de un bar tan pequeño como el Purple Turtle y el espectáculo transcurrió sin ningún pero. Una interpretación muy equilibrada, con unos Ghost Brigade cortos de palabras, pero no por ellos menos comunicativos con el público, de esas formaciones que no necesitan discursos para conectar con su audiencia. Como era de esperar, nos presentaron temas de su último álbum, no sin olvidar algunas canciones antiguas y las que ya podemos considerar sus clásicos. “Aurora” fue una de las piezas más coreadas de la noche y eso que tan solo acababan de empezar y con “Minus Side” regresaron a Guided by Fire. Siguieron con “Into the Black Light”, la que ya puede considerarse el buque insignia de los finlandeses y sin duda una de las favoritas de sus fans. De su anterior disco nos deleitaron con “Breakwater”, “Clawmaster” y “Divine Act of Lunacy” mientras que de su último redondo tocaron también “Stones and Pillars”, “Electra Complex” y una de las canciones más pegadizas de IV – One With the Storm y la primera de la banda en su idioma natal, “Elämä on Tulta”.

Llegaba el turno de dar por finalizado el evento, no sin que antes la banda diera la vista atrás nuevamente con “Deliberately” de su álbum debut para luego dar el remate final con “Suffocated”, uno de los temas con más gancho de su segundo álbum Isolation Songs. Sencillamente, un directo impecable, una de esas bandas que es capaz de ponerte los pelos de punta y al instante hacerte cabecear la cabeza sin parar.

Crónica y fotos: Xell