Behemoth, Korn, Heaven Shall Burn, Fear Factory, Danko Jones, Moonspell... ¿Necesitas más motivos para leer nuestra cuarta y última crónica del Resurrection Fest?

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La décima edición del Resurrection Fest había llegado a su último día y nosotros empezábamos la jornada con Der Weg Einer Freiheit. Los alemanes dieron un espectáculo bastante similar al que presenciamos en el Hellfest Open Air, donde una vez más “Der Stille Fluss” volvió a destacar y a brillar con luz propia, pero con un público menos suyo. Si bien la carpa del festival francés estaba bastante llena pese a ser una hora muy temprana, el Chaos Stage del Resurrection estaba algo vacío. Una pena que nadie más quisiera disfrutar de un black metal tan melancólico y bien parido.

 

Bajo un sol casi comparable al del jueves, salían al Main Stage los ingleses de Monuments para hacer olvidar la baja de última hora (otra más) de Periphery, y lo hacían con Chris Barretto, un ex-Periphery, a la cabeza. La afluencia de público nos demostraba, una vez más, que el djent es un estilo que está de moda y que mueve masas, y la banda, ya desde el inicio del concierto nos dio una perfecta explicación del por qué. Nada más comenzar el show, el público entró en conexión directa con su frontman Chris, y ambos saltaban y bailaban al ritmo de la música de tal forma que parecía quealguien se rompería el cuello en cualquier momento, pero por suerte no fue así. Salvo algún que otro problema con el sonido a causa del viento (la maldición de ese escenario), todo transcurría a la perfección y hasta Barretto se lanzó al público en varias ocasiones para cantar algunas estrofas mientras era manteado por los fans más cercanos al stage. El tema más coreado por la multitud fue, como no, "I, The Creator" de su disco The Amanuensis pero también sonaron temas de su otro álbum Gnosis como "Degenerate", para cerrar el show volviendo al último trabajo y despedirse con "I, The Destroyer" con un público totalmente rendido a los pies de un grupo que cumplió a la perfección su cometido de substituir a una de las bandas más esperadas del festival y hacerlo así de bien. Es increíble la sintonía que consigue Monuments con su público, el buen rollo que sus músicos transmiten anima a montar una buena fiesta. Ya por la tarde pudimos descubrirlo de primera mano cuando nos encontramos a Chris Barretto, su cantante, deambulando tranquilamente por el festival y disfrutamos de unos momentos con él, constatando lo que nos había parecido anteriormente en el concierto y es que este chaval es más majo que las pesetas y cuando consigues transmitir eso, lo demás está prácticamente ganado.

 

Nada más terminar el recital Monuments, nos dirigimos al Chaos Stage para ver otro concierto de una banda nacional a la que le teníamos muchas ganas, [In Mute]. Tras haber presenciado en primera persona el verano pasado cómo los valencianos arrasaban con el Metal Battle de Wacken, no dudábamos de que este año y en un festival nacional, estarían igual, o incluso más motivados y que nos darían un espectáculo más que digno. No nos equivocamos. El show empezó con la potencia característica que desprende Steffi sobre el escenario. Tras una breve intro saltaron todos los miembros a escena al ritmo de "Unusual", tema que abre su ultimo ep One In A Million, del que podríamos disfrutar en su totalidad a excepción de "Mar de Dudas", tema que pertenece a la primera etapa de la banda y que está incluida en el disco Aeternum. Prácticamente todo el concierto fue un continuo mosh pit salvo en el tema "Out of Control", cuando Steffi descendió al foso para ordenar a sus fieles seguidores, cual personaje bíblico en las aguas del mar rojo, que se separaran y fueran preparándose para un wall of death que fue brutal. Fantástico concierto de los valencianos al que ponían punto y final con el tema "Waiting”, que nos dejaron, precisamente así, esperando con ganas de volver a verles por tierras gallegas.

Intentamos darle una oportunidad al metalcore de Carnifex pero tras un par de temas, preferimos descansar un poco en la zona de prensa y tomarnos unas cervezas antes de dirigirnos al Chaos Stage para ver a Syberia. Menudo viaje de rock instrumental que nos dieron los de la ciudad condal. Sonaron muy contundentes e incluso más movidos y cañeros que en disco, dando un espectáculo de tres mil pares de narices que ni el viento consiguió deslucir. Supieron congregar a un buen número de simpatizantes pese a estar tocando, quizás, en un festival algo alejado de su público habitual y fuimos testigos de cómo se ganaron el corazón de los gallegos. Nos deleitaron con temas de su álbum Drawing a Future e incluso creemos recordar que tocaron un tema de lo que será su próximo disco, el cual están a punto de empezar a grabar. Un post rock muy cañero y muy bien compuesto que nos hizo disfrutar a todos como niños. ¡Con muchas ganas de verlos en sala!

 

A las seis de la tarde saltaba a la palestra la que para la mayoría de los presentes en esta décima edición del Resurrection Fest sería la actuación más divertida y animada. Desde Gales nos llegaban Skindred, y su concierto lo resumiremos en una palabra: fiesta. La que lió esta banda en Viveiro no se olvidará fácilmente en las ediciones venideras.Con una mezcla de metal, punk y reggae que supo meterse al respetable en el bolsillo desde el principio, con multitud de cortes para que el público corease las canciones, la gente no paró de botar durante los cuarenta minutos que duró su espectáculo. En nuestra opinión demasiado corto para una banda que despertó, levantó e hizo mover el culo a toda persona, animal o posser que por las cercanías se encontrase.A esta banda le salió todo redondo, hasta gozaron de buen sonido en el Main Stage, cosa no vista durante todo el festival salvo contadas excepciones y que demostraba que era problema de técnicos no de equipo.El frontman Benji Webbe, al igual que el resto de la banda, supo conectar en todo momento con el público tanto tocando temas muy conocidos de la banda para el público más fan como "Ninja", "KillthePower" o "Pressure", como haciendo un pequeño guiño a Metallica con "Trouble/Sad Bad True" con la que acabó de ganarse a Viveiro entera. El show acababa con "Warning" y con Benji animando al público a que se quitase las camisetas y las ondearan al ritmo de la canción, provocando uno de los momentos más grandes del fin de semana cuando todo el público a la vez, pasaba de estar agachado a estar botando y agitando su camiseta como si de una "rave" a las seis de la mañana se tratara. Un 10 para esta banda y su concierto.

 

Sin tiempo para reponernos entre concierto y concierto comenzaron los australianos Ne Obliviscaris en el Chaos Stage, así que conociendo la mezcla de black metal con violines y ritmos progresivos que hacen, nos dispusimos a ver el concierto sentados en el césped desde una distancia prudencial y tomando aquello que llamaban cerveza pero que debía de ser sangre de virgen, o así lo dictaminaba su precio.Toda la suerte que tuvo Skindred en la actuación anterior fue la que les faltó a los Obliviscaris en esta ocasión. Si ya de mañana nos enterábamos mediante Caki de Mutant Squad de que al bajistaCygnus le habían perdido en el aeropuerto el bajo para zurdos de cinco cuerdas, ahora nos dábamos cuenta de que no lo habían conseguido recuperar a tiempo ya que no había ni rastro del bajista sobre las tablas. Si a eso le sumamos el sonido deficiente en muchos casos del escenario, su coincidencia con otra banda con algo más de nombre y que el estilo de la banda no pega mucho con el público más hardcoreta que había por allí, pues nos da como resultado poca afluencia de gente y un concierto muy tranquilo que en otras circunstancias podría haber sido otra cosa.Quitando lo ahora mencionado, los australianos intentaron hacerlo lo mejor posible y se entregaron a fondo para levantar al personal, consiguiendo que los pocos presentes allí disfrutáramos en la medida de lo posible de su actuación. A nosotros nos gustó lo poco que se les pudo ver y prometemos darle una mejor oportunidad en el próximo Vagos Open Air.

 

Mientras Ne Obliviscaris tocaban el violín, Merauder estaban destrozando el Ritual Stage con una carpa abarrotada de gente que se dejaba la piel entre golpe y golpe. Hardcore neoyorkino de la vieja escuela con sus toques de thrash o crossover, que nos hizo disfrutar al ritmo de “Master Killer”, “Downfall of Christ” o “Built of Power”. El simpático de Jorge Rosado y sus trencitas nos dedicaba algunas palabras en nuestra lengua común y agradecía al público gallego su completa entrega. Sin duda, tomar la decisión de ver a Merauder fue la mejor de las ideas que pudimos tener el pasado sábado, ya que su show fue un precalentamiento de la locura que estaba por venir.

 

Con lo que llevábamos de tarde y de festival en nuestras piernas, nos dispusimos a ver uno de los shows que más prometían de esta edición, Heaven Shall Burn. Una intro de orquesta daría el pistoletazo de salida antes de explotar ya con el primer tema "Counterweight". Tras haberlos disfrutado en varias ocasiones en festivales europeos como Wacken o Hellfest, sabíamos del potencial de la banda y no nos decepcionaron en absoluto. Son potencia y energía en estado puro. Los mosh y circlespits se sucedían entre el público canción tras canción. Sonaron "Combat", "Hunters Will Be Hunted", "Land of the Upright Ones" o el memorable cover de Edge of Sanity “Black Tears” para el deleite de un público que, pese a que el viento volvía a hacer de las suyas y menguaba el sonido de la banda, se lo estaba pasando en grande. Pero para grande el tramo final del concierto.Tras la gran coreada “Endzeit”, precedida por su puesto de la mágica “Awoken", y "The Disease", el público comenzó a correr alrededor de la mesa de la plataforma de sonido, ubicada en el centro del recinto, como si no hubiera mañana al ritmo de “Like Gods Among Mortals”, convirtiéndose en el mayor wall of death de la historia del Resurrection Fest. La que allí se montó fue de órdago. Los fans que esperaban en la cola para el meet&greet de Korn, que casi cruzaba todo el recinto del festival, se vieron sorprendidosy casi engullidos por la locura que habían creado los germanos. Otro de los momentos épicos de la presente edición que, junto al ya mencionado espectáculo de In Flames, se convertiría en lo mejor del fin de semana.

 

Tras la locura germana, nos tocaba bailar un poco con ritmos portugueses bajo una luna que, en esta ocasión, nos tocaba imaginar pues aún no había caído la noche. Moonspell dieron una soberbia actuación y una lección de buen hacer. Dedicando buena parte de esos 50 minutos de set de los que disponían a su último trabajo, Fernando Ribeiro se dirigió al público en un más que correcto español y en portugués para denotar cercanía con los allí presentes. Viveiro entera coreó temas nuevos y antiguos, ya se tratara de “Breath”, “Extinct” o la mítica “Opium”. “Medusalem” y “En Nome Do Medo” fueron la nota más bailable del repertorio y “Alma Mater” fue un mazazo en toda regla. Incontables veces hemos visto a los portugueses y aún tiene que llegar el día en que Fernando no pueda conquistarnos a todos. “Full Moon Madness” supuso el broche de oro perfecto para cerrar tamaña actuación.

 

Tras los portugueses le tocaba el turno al guitarrista de rock, americano de nacimiento pero afincado actualmente en Barcelona, Danko Jones. Este artista dio un concierto muy completo plagado de humor, como es habitual en él. Comenzó con "The Rules", tocó temas como "Sugar Chocolate", "First Date" con un toque punk algo comercial, "Do You Wanna Rock" o "Full Of Regret", para poner el cierre con otro de los momentos más entrañables del festival subiendo a todos los críos del Resukids al escenario para que bailaran durante "Bring On The Mountain", llevándose una gran ovación del público que se lo pasó en grande. Un show muy ameno que supo ganarse hasta aquellos que, en un principio, no eran muy seguidores o poco conocedores de la música de Danko.

 

Pasadas las once y media de la noche saltaba Korn al escenario con los primeros acordes de "Blind", tema archiconocido y que se encuentra incluido en el disco homónimo, el cual tocaron entero de principio a fin y en el mismo orden, exceptuando los tres últimos temas antes de despedirse que fueron "Falling Away from Me", "Here to Stay" y "Freak On Leash". El de los americanos fue un concierto para fans acérrimos de la banda, ni más ni menos. Todos los miembros se esforzaron al máximo para deleitar a su público, pero no todos los presentes allí eran fanáticos de su música y quizás el setlist escogido, a una notoria parte del respetable, le pareció cuando menos aburrido tirando a muermo. Se notaba en las primeras filas a la gente bailando y disfrutando del concierto, pero si echabas la vista atrás también veías a mucha gente sentada, bostezando y pensando ya en tener que recoger las tiendas en cuanto llegaran a la zona de acampada. En resumen, se podría decir que fue un buen concierto para quienes les gusta Korn por encima de todas las cosas, pero para los demás que por allí andábamos seguramente habríamos escogido a otro tipo de banda.

 

Tras un espectáculo pirotécnico que conmemoraba los diez años de festival –para que no se diga que los organizadores son grandes fans del Hellfest—se apagaron todas las luces en el Chaos Stage y entraba otra de las bandas más esperadas del fin de semana, Behemoth. Con su habitual puesta en escena, portando unas antorchas, ellos entraban en acción de la mano de una instrumental. Todo muy black metalero con sus pentagramas, sus cruces invertidas y hasta un botafumeiro con incienso. El setlist que eligieron para esa ocasión, al contrario que Korn, fue todo un acierto. Sonaron temas de su último trabajo The Satanist como "Blow Your Trumpets Gabriel" o "Ora Pro Nobis Lucifer", pero también grandes temas de la historia de la banda como "Conquer All" y "Ov Fire and TheVoid" o con la que cerraron, "O Father O Satan O Sun". El público disfrutó de un concierto que gozó de buen sonido, una banda entregada, la puesta en escena tan típica de este tipo de grupos y pocos o ningún problema reseñable. Todo salió perfecto hasta el final, cuando alguien del público les pasó una bandera de España con lo que parecía desde lejos un águila de la época de Franco, pero que en realidad era el logo de la banda con sus dos cabezas de águila cruzadas. Entre la confusión y lo poco que gustan por las tierras gallegas las exhibiciones de este tipo de símbolos nacionales, provocó que el público se crispara un poco y se escucharan algunos silbidos y algún que otro abucheo mientras el grupo se hacía la ya típica fotografía con la bandera del país y el público detrás. Por suerte reaccionaron rápidos al notar algo extraño en el público y se deshicieron de la bandera para continuar con el show. Todo quedó en una simple anécdota que fue aclarada en los días posteriores al festival en las redes sociales por si a alguien le quedaban dudas.

 

Hubo quienes no quisimos presenciar ese black/death tan típico de Polonia y nos fuimos a la Ritual Stage para ver una de las reuniones más esperadas del año: Satanic Surfers. Anonadados nos quedamos al ver la poca, pero poquísima gente, que había tenido la misma idea que nosotros. ¿Tantos eran los fans de Behemoth? ¿Pero no estábamos en un festival donde todo el mundo parece quejarse por facebook de que hacen falta más bandas hardcore o punk? ¿Alguien nos dice dónde estaban esos bocachanclas ahora? El caso es que, ante la poca afluencia y que parecía que los punk rockeros salieron algo descafeinados a escenar, el show nos pasó sin pena ni gloria. Sí, disfrutamos un montón con clásicos de la banda sueca y su frontman Rodrigo Alfaro se mostró muy simpático e intentó acercarse a sus feligreses, pero algo no acabó de cuajar. Una pena, pues era una de las actuaciones que más ganas teníamos de ver y habrá que esperar a verlos en otras condiciones y ambientes para ver si fue cosa de una sola vez o el retorno no está saliendo tan bien como esperaban.

 

Para finalizar el Resurrection Fest tuvimos la paupérrima –sí, paupérrima—actuación de Fear Factory. Lo de esa noche pareció sacado del mismísimo circo de los horrares. Mientras que Dino Cazares y compañía se dejaban la piel en el escenario, Burton se cargaba lo conseguido entre sudor y lágrimas. Este señor ya no sabe defender las voces limpias. En realidad lleva años sin saber defenderlas y este pasado sábado no podía prácticamente ni hablar. En nuestra humilde opinión, Burton se estaba cargando todo el legado que el resto de compañeros habían construido con esfuerzo y esmero. Ni las míticas “Damaged”, “Demanufacture” o “Replica” consiguieron salvar a Burton de la pira inmediata. Pero como no íbamos a dejar que el festival de gallos de Burton nos fastidiara nuestros últimos momentos en Viveiro, saltamos y cantamos prácticamente todos los temas, pues a fin de cuentas, no fue un mal repertorio.

 

Y con la factoría del miedo nosotros poníamos punto y final a esta décima edición del festival. Creemos que, tras este fin de semana, la organización tiene mucho sobre lo que trabajar e intentar mejorar y pese a los fallos mencionados y los malditos robos, el Resurrection Fest sigue siendo uno de los mejores festivales que tenemos –sino el mejor—en España y nosotros lo hemos disfrutado al máximo. Por supuesto, el año que viene volveremos a estar en Viveiro al pie del cañón.

 

Crónica: Pif y Xell

Fotos: Resurrection Fest

 


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