La XI edición del Hellfest Open Air abria sus puertas el pasado 17 de junio en Clisson (Nantes) y hasta allí se fueron nuestras redactoras Xell e Ireth. Esta primera jornada de festival tuvo las actuaciones de Volbeat y The Offspring, cabezas de cartel del Resurrection Fest que se celebrará la semana que viene, además de los grandes Rammstein, Testament, Converge, Kvelertak, Turbonegro...y muchos más.

¿Quieres saber como fue este primer día? Entonces entra en "leer más" y no te pierdas la crónica y las fotos ¡Enjoy it!

 

Un año más nos tocó peregrinar hacia tierras francesas y disfrutar de tres días de música non-stop en la pequeña y encantadora ciudad de Clisson. La nueva edición del Hellfest Open Air nos aguardaba allí y pese a que a priori todo parecía igual, se habían hecho cambios y todos ellos a mejor. El primero de ellos lo notamos cuando llegamos el jueves, ya de noche y pasamos por delante de la ya famosa Hell City. Había un par de decorados nuevos (justo donde el año pasado se encontraba la zona dedicada a Blizzard) con un aire muy  a lo Blade Runner. Especialmente nos gustó el cartel en movimiento de un caracol rosa que ponía “fresh”. Debido a lo tarde que llegamos a Clisson, nos tocó acampar cerca de donde Jesucristo perdió la alpargata, aunque luego vimos que tuvo su ventaja (y es que el supermercado lo teníamos a 5 minutos escasos). El camping seguía distribuido por colores y aunque en esta edición creemos que se amplió su espacio, seguimos encontrándonos con gente que no encontraban sitio y al final acampaban entre los viñedos. Una vez instalados en el Yellow Camping, dimos nuestra vuelta de reconocimiento por el Metal Corner y aprovechamos para cargar nuestras cashless, el método de cobro que utiliza el festival desde la edición del año pasado. Todo seguía igual y viendo que los franceses habían cerrado ya el grifo (las 2 de la madrugada y ya no nos servían cerveza…), decidimos volver para descansar y empezar el viernes con fuerzas.

La jornada en el Hellfest para nosotros empezó al mismo tiempo que lo hacía en el Altar, con Witches que tras el tour de presentación de su último EP, “The Hunt”, trajeron desde Suecia su death/thrash metal de corte clásico, a las voces una Sibylle que lideró la formación y dejó claro que es el alma mater de la banda. Pero el inicio del Hellfest no fue todo lo bueno que nos hubiera gustado, pues el sonido del Altar fue terrible, dejando a Witches un poco cojos en una actuación que duró una escasa media hora ante un público también escaso. La banda tampoco es que estuviera con un gran ánimo pero dadas las condiciones tampoco se pueden extraer grandes conclusiones, solo que empezamos flojos.

El mainstage a las 11 de la mañana empezaba a mostrar una imagen un poco más digna aunque muchos seguían en sus tiendas intentando resucitar de la resaca post party. A esa hora se plantaron Delain con el décimo aniversario de Lucidity en la cabeza y la encantadora sonrisa de Charlotte por bandera, quien mostró su radiante felicidad a lo largo de todo el show y que contagio a Merel, además de a todos los presentes. La formación hizo bien su trabajo, empezando con “Suckerpunch”, single de su último trabajo, Lunar Prelude, siguiendo con “Get the Devil Out of Me” del Mother Machine del que también tocaron el tema que da título al disco. Para finalizar, se despidieron con “Pristine”, uno de sus más vitoreados que cumple ya diez años, una gran elección para dar un último cañonazo al público. A pesar de que la actuación fue solo de media hora, su intenso setlist en el que apenas dieron respiros hizo el efecto deseado y mantuvo el público centrado en el show.

Los noruegos tuvieron su primera representación en el mainstage con Audrey Horne, una formación de hard rock y post grunge al más puro estilo de Alice in Chains o Faith No More que se metió al público en el bolsillo.  Tienes que albergar dentro de ti algo de carisma para levantar al público a esas horas. Desgranaron los cinco álbums de estudio empezando a una velocidad pasmosa desde el minuto cero. “Redemption Blues” fue el primero de una corta lista en las que destacaron “Out of the City” y Waiting For The Night”, último tema en el que  Toschie se bajó para cantarlo con el público, algo que es sabido que funciona muy bien para metértelo en el bolsillo. Son intensos, carismáticos y gozan de un estilo con riffs rápidos y agresivos muy pegadizos. Muy aconsejables, Pure Metal señores.

Terminaríamos la mañana con el estado de letargo que aún padecían los Irlandeses Cruachan, quienes no hicieron la actuación de su vida pero almenos entretuvieron al Temple con su bailarina que sino fuera porqué es una invitada diría que era el alma del ambiente festivo que se supone que deberían crear Cruachan, o almenos parte de su discografía, puesto que aparte de las connotaciones de Black Metal, tienen líneas de folk y cuando vas a ver a este tipo de bandas te esperas fiesta y solo fiesta, algo que no llego hasta haber pasado la mitad del show y en baja revolución. Nos despedimos con una visita al Celtic Legacy  con “Ride on”.

Estrenábamos el The Valley con Ramesses, una de las bandas que más ganas teníamos de ver y que por a o por b aún no habíamos podido. El trío inglés dio un concierto corto pero intenso, especialmente el ex Electric Wizard Mark Greening, el cual tocó la batería como si no hubiera un mañana. Take the Curse fue el álbum del que interpretaron más temas aunque no se olvidaron de clásicos como “The Tomb”. Mención especial al maravilloso cierre con “Baptism of the Walking Dead”. Menuda voz tiene Adam Richardson… ¡Doom/death del bueno señores!

Bajo unas nubes que anunciaban tormenta y situados al lado de la cola llena del foso de prensa, unos Halestorm se plantaron con ganas de mostrar su fuerza, con un Arejay que nos deshizo en delicias comandando la nave desde la batería, se suele decir que estos quedan relegados en un segundo plano, así que si destacan suele ser porqué o están tocando la batería a las mil maravillas o se están haciendo notar con espectáculo, y esa combinación de factores fue la suya. El último retoño de la banda salió el pasado 2015 y con la correspondiente gira terminada, era de esperar que tocaran un setlist equilibrado, “Amen”, “Scream y “Mayhem” fueron algunos de los temas. El carisma y fuerza de Lzzy son incuestionables, no tardó en arrancar los vítores del público dejando claro que su voz en directo es si cabe mejor que en el estudio, el grito desgarrador de más de un minuto fue buena parte de ese éxito. Metal alternativo, hard rock y dos personajes que disfrutan con lo suyo y ponen toda la carne en el abrasador ese sería el resumen de su actuación.

Mientras algunos disfrutaban de Halestorm, otros decidimos aventurarnos en el The Temple con Behexen. Su black metal funciona perfectamente en disco, pero creemos que le falta algo en directo. Lo encontramos todo demasiado monótono y ortodoxo. Desconocemos si los finlandeses suenan siempre así o ese viernes tuvieron un mal día, pero no consiguieron levantarnos del suelo.

Y tras los estadounidenses, el hardcore de Mass Hysteria, de nacionalidad francesa reventó el otro mainstage. Al son de “Vae Soli”, “Vector Equilibrium”, “World On Fire”, “Plus que du metal” cayeron con mucha potencia llenando de fuerza el escenario y contagiando su energía a un público que se volcó en ellos bajo la atenta mirada de gran parte del Hellfest, puesto que por la hora, muchos se encontraban por la zona buscando descansar en el césped y decidieron acercarse a ver la que estaban liando los franceses en el escenario. El tema que terminó por desatar la locura fue “Furia”, que como su propio nombre indica se trata de un tema de una agresividad desgarradora y una gran fuerza, tal fue la locura que el baijsta también decidió hacer una visita al público. En resumidas cuentas, los circle pits no se hicieron de rogar e incluso alguna que otra wall of death cayó. La intensidad y ritmo veloz estaban reinando en los Mainstage y Mass Hysteria se llevaron una de las mejores actuaciones del día.

De vuelta al Valley, Jambinai nos dejaron a todos con la boca abierta. Los koreanos están triunfando allá donde van y la prueba de ello fue la de asistentes que tenían congregados en la carpa. Un directo muy profesional y un post rock original en el que incluyen instrumentos tradicionales de su cultura. Sin duda alguna, uno de los mejores conciertos del viernes y quizás de todo el festival. Gozamos de un sonido excelente y nos hicieron dejar el Valley con un buen rollismo apabullante. Desde sonidos la mar de cañeros y eléctricos hasta pasajes llenos de calma. “Connection” fue sin duda la joya del setlist, pura magia.

El black metal de Kampfar nos esperaba en el Temple y supo quitarnos la mala sensación que los finlandeses nos habían dejado antes. Los noruegos supieron llenar la carpa considerablemente y dieron un show mucho más movido y visual que sus compañeros escandinavos. Además, Dolk tiene mucho carisma y eso se deja ver encima del escenario. No pudimos terminar su show al completo ya que había que coger buen sitio para Turbonegro y hemos de confesar que en esta ocasión los noruegos no estuvieron al 100%. Turbonegro suele ser sinónimo de fiesta, saltar, reír, bailar, pasárselo bien… y no sabemos si es que la hora no acompañaba, que nos faltaban cerveza, que el sonido del Mainstage sigue siendo una lotería o vete-a-saber-qué, el caso es que nos pareció una actuación a medio gas. Y eso que no faltaron hits en su setlist: desde clásicos como “All my Friends are Dead”, “I got Erection” o “The Age of Pamparius” hasta su nuevo single “Hot for Nietzsche”.

No dejamos el Mainstage pues era el tiempo para que Bullet for My Valentine cogieran las riendas ante un público bastante amplio y extravagante (desde le cantante de Testament, hasta los bailarines de Sixx: A.M.). El rock oscuro con influencias del metal y del metalcore además del hard rock (y todo lo que pueda pasar por la cabeza de Matt, Padge y Moose)  de los ingleses no defraudó y aunque su show pudo haber sido más intenso, fue suficiente para ganarse al público. “No Way Out”, “4 Words (To Choke Upon)”, “Scream Aim Fire” y “Walking the Demon” fueron algunos de los temas que interpretaron, bajo un sol radiante que por fin se dejó ver.

Tras un breve descanso, y una lluvia torrencial momentánea llegamos a un Temple lleno a rebosar esperando para la actuación de unos Koorpiklani que deberían ser sinónimo de fiesta, tal como sus clásicos “Beer, Beer”, “Vodka” y el más reciente “Tequila” inspiran, no obstante si Cruachan estuvieron flojos, los fineses no se quedaron cortos. No fueron ni la sombra de un ambiente festivo dejando que las dos formaciones más conocidas fuera de las fronteras de los entendidos del folk metal y que pasarían por el Temple durante la primera jornada dejaran un sabor agridulce. Aunque si una cosa nos quedó clara fue que a Koorpiklani les queda muy pequeño el Temple. La aglomeración de gente que se acercó para verlos sobrepasaba la capacidad de la carpa por mucho.

De vuelta al Mainstage, con Volbeat empezaría un non stop en esa zona que tenía como estrella principal los alemanes Rammstein. Los daneses, cabezas de cartel del próximo Resurrection Fest, presentaban trabajo, “The Devil’s Bleeding Crown”, del que sonaron la canción que da nombre al disco, “Goodbye Forever” y “Seal the Deal” entre otras. El metal de Volbeat nos entretuvo durante una hora y cuarto, en la que despedimos a los últimos rayos de sol y en la que empezó a crecer la impaciencia para Rammtein. El ambiente empezaba a subir de tempertura. No fue una mala actuación pero a nosotros no nos acabaron de convencer, quizás esperábamos por su parte un poco más de garra y entusiasmo. Tendremos una nueva ocasión en el Resurrection Fest en unos días, puesto que vista una actuación, no están vistas todas.

Y tras hacer algo tan sencillo como girar la cabeza hacia la izquierda, empezó la actuación de Dropkick Murphys, quienes aguantaron bien el tipo ante la inminente actuación que venía a continuación, que ya empezó a captar la atención de todo el Hellfest nada más terminar Volbeat. A pesar de este engorro, los estadounidenses abanderados del folk rock demostraron lo que es una banda de folk, y como debería ser en el escenario, algo que a Cruachan y Koorpiklaani no les hubiera ido mal aprender. Subieron en intensidad a medida que descargaban clásicos como son “Johnny, I Hardly Knew Ya, “The State of Massachusetts” o “I’m Shipping Up To Boston”. La única pega fue que les tocará el segundo escenario, puesto que el sonido allí no estaba teniendo un buen día.

Mientras unos veían el show completo de los de Massachusetts, otros nos dirigimos a la Warzone, que precisamente ha sido otra de las mejoras de este año, ampliando el espacio, añadiendo gradas y habilitando la zona con más variedad en los puestos de comida que otros años, además de la estatua conmemorativa del gran Lemmy a escasos metros de la entrada principal. Allí es donde nos fuimos para el concierto en mayúsculas y es que no nos cansamos de ver a Converge en directo. Los de Boston llenaron el Warzone y eso que los alemanes Rammstein estaban tocando a la vez que ellos.  Esta banda no defrauda, toque lo que toque saldrás contento de allí. Pero si además te hacen un set de más de 15 temas, tocan “Concubine”, “The Broken Vow”, “All We Love We Leave Behind”, “Jane Doe” o “Dark Horse” (por no citaros el setlist al completo, que ya os aseguramos que fue espectacular) y Jacob se dejó la voz y la piel en ellas, no solo sales contento, sales eufórico y con ganas de dejarte la vida en el moshpit. Larga vida a Converge. Larga vida.

Brutales, espectaculares, intensos, ignífugos, insaciables…la verdad es que los adjetivos son pocos porqué lo de Rammstein no tuvo nombre. La actuación que se llevaría el broche de oro llegó muy pronto, justo cuando estaba a punto de finalizar una jornada repleta de buenas sensaciones llegaron los alemanes para incendiar el Hellfest, literalmente hablando, pues con la pirotecnia no se cortaron un pelo. En palabras de gente que les ha visto previamente, pocas actuaciones se les recuerdan mejores y es que el aire libre es perfecto para los cañonazos de fuego de los que Till and cia van provistos. “Engels” nos despidió de una de las mejores performance que servidora ha presenciado, viendo como el mismo Till que tiró fuego a sus compañeros, subía con las alas (llenas de fuego y petardos claro). La intensidad se respiró desde el primer acorde de "Ramm 4",ideal para crear atmósfera y con la que los empujones solo hicieron que empezar, la marea de gente que quería acercarse lo intentó de todas las formas posibles, incluidas las oleadas de surferos que recorrían el público hasta las vallas. Con "Raise, Raise" y "Hallellujah" no cesaron y aunque la marea fue "dando respiros" temas como "Keine Lust, "Freuer Frei", "Mein Herz Brennt" no hicieron más que encender al público que enloqueció con los alemanes. Y si ante semejante actuación no habíamos tenido suficiente, Rammstein dejaron para los bises "Sonne", "Amerika" y "Engel". Rammstein es una banda que podríamos pasarnos el día definiendo pero la verdad es que lo mejor que podemos hacer es recomendarles. Su show es algo que se tiene que ver una vez en la vida. Enormes.

Cómo anécdota, declaramos la inmortalidad del “hombre de verde”, llegar a las vallas a lomos del público para salir, volver a entrar y meterte en primera fila en cosa de … ¿15 min? Está al alcance de unos pocos elegidos.

Tras semejante espectáculo, los californianos The Offspring en el Mainstage 2 lo tenían complicado. Las fuerzas del público estaban en deterioro y el estado de letargo en el que parece que entraron desde el Splinter en 2004 fue una combinación casi letal. Lo que si salvó en parte su actuación fue precisamente la elección de un set-list llenó de clásicos que pasaron por el trio que les catapultó y les mantuvo en lo más alto, Smash, Conspiracy of One y Americana de dejaron ver con fuerza y servidora pudo por fin escuchar “Bad Habbit”, la propia “Americana”, “Self Esteem”, “Come Out And Play” toda una gozada de lista que parecía hecho a mi medida, lástima no poder decir lo mismo de la puesta en escena en la que parece que el espíritu punkarra (si alguna vez lo tuvieron) sigue vivo solo dentro del cuerpo del inmortal Greg K (ese bajista que por muchos años que pasen parece no envejecer, sino haber nacido ya así), un gran hombre que se quedó más solo que la una intentando dar un poco de vida al gris show que estaban dando.

Tocaba volver a nuestra zona de guerra particular para presenciar el directo de Kvelertak. Erlend salió con una nueva máscara, un búho con luces y empezaron interpretando temas de su recién estrenado nuevo disco: Nattesferd. Su última creación no nos acaba de entrar y es que nos parece algo más lenta y aburrida que sus predecesores. De esta manera nos pareció que el concierto empezaba con poca intensidad, pero nada que la interpretación de la bailable “Mjød” de su debut no pudiera arreglar. Y ahora sí, el concierto fue in crescendo y pudimos disfrutar de otras joyas como “Blodtørst” y “Månelyst” antes de que tuviéramos que decirle adiós a los noruegos para volver una vez más al The Valley.

Tremonti tenían que haber tocado en el escenario principal a las 12 de la mañana, pero por una serie de problemas no pudieron hacerlo. A última hora anunciaron que tocarían en el Valley pasada la una de la madrugada y no nos podíamos permitir perdernos su actuación, teníamos que ir al menos a un par de temas, que Tremonti es mucho Tremonti. El de los Creed y Alter Bridge había conseguido reunir a más público del que esperaba encontrar (recordad que estaban tocando The Offspring en el escenario principal) pero ya se sabe que el carisma mueve montañas (o masas, mejor dicho). La voz de Tremonti no es la de su compañero Myles Kennedy, pero hay que reconocerle el mérito y esfuerzo que le está poniendo a su proyecto en solitario, donde podemos encontrar desde baladas como “Dust” hasta temas más cañeros como “Cauterize”. Fue demasiado breve, pero menos es nada.

La primera jornada del Hellfest nos sirvió para comprobar que la zona de escenarios seguía con todo en su sitio además de contar un año más con mejoras, principalmente en la War Zone. El Hellfest pretende seguir siendo un referente y con esta primera jornada concluida podemos decir que sigue bien encaminado. En cuanto a las actuaciones, ver a Rammstein gozando de todo el arsenal de pirotecnia fue uno de los mejores momentos del festival, pero no fue la única actuación destacable. Converge, Mass Hysteria, Halestorm, Tremonti fueron otros de los ganadores del día.

Cerramos la jornada del viernes cargado de buenas vibraciones y con un cansancio todavía más grande que el día anterior, Rammstein fueron grandes culpables de eso. Sobrevivir a la marabunta tiene sus consecuencias.

Crónica y fotos: Xell e Ireth