El pasado 10 de junio tuvo lugar el segundo Kill the Night en Alicante, una prometedora noche en la que pudimos disfrutar de HashimaCain’s Dinasty, Leviatán y Bostok.

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Castalla, pueblo interior de la provincia de Alicante, recibía el 10 de junio la segunda edición del Kill the Night. Por Sala La Fábrica iban a pasar nombres de la talla de los valencianos Hashima, los power-metaleros Cain’s Dinasty, los veteranos Leviatán y, por si fuera poco, los anfitriones Bostok.

Todo estaba a favor de disfrutar de una noche de buena música en la que los castallenses Bostok presentaban disco en casa. Pero, la estampa presentaba una afluencia escasa en comparación con la dimensión de la sala. Quitando a familiares, amigos, y miembros de bandas la situación no era buena. En estas situaciones se distingue la verdadera afición por la música de la gente que, pudiendo crear de esta cultura algo mágico, no apoyan a buenas bandas nacionales como estas. Por esto, la primera impresión daba mucho que desear.

Respecto a lo sucedido encima del escenario de La Fábrica hay que argumentar todo lo contrario. Los grupos se dejaron todo en el escenario y el resultado fue un conjunto de cuatro conciertos perfectos con un sonido bastante bueno.

Atrasándose una media hora, los primeros en pisar las tablas de la sala fueron los alicantinos Cain’s Dinasty, que pusieron patas arriba un recinto en el que se respiró un ambiente power-metalero digno de los grupos más grandes. La poderosa e imponente voz de Rubén Picazo hizo resonar temas clásicos de la banda como “Two Seconds to Forget Your Name”, “Breaking the Blood Lines”, “Devil May Cry” o la gran “Tears of Pain”. También sonaron temas como “Screaming Lungs o “The Grey Ones” procedentes de “The Hollow Earth”, último disco de Cain’s Dinasty publicado el pasado año. La compenetración de Alejandro Ramirez y Joaquín Real a las seis cuerdas, junto con Benansio Thrash a la batería, opacaban la falta de bajista en el grupo. Por último, cabe destacar la impecable cover de “I Want Out” de Helloween con pequeños guturales incluidos.

Después del primer concierto de la noche era el turno de unos clásicos del heavy metal estatal, Leviatán. La influencia de este grupo en la música nacional es evidente, desde 1986 están a pie del cañón para ofrecer el toque clásico de los grandes grupos heavys de la ola en una versión propia. Era la primera vez que coincidía con ellos en un concierto a pesar de conocerlos desde hace un tiempo y me maravillaron. Con un set compuesto por tremendas canciones como “Soldado de Plomo”, “Todo Sigue Igual”o “El Fugitivo” y grandes reivindicaciones sociales ejemplificadas en una canción de su último disco contra ciertos políticos en “Impostor” o un nuevo tema aún no editado sobre el bullying que caló hondo entre el público generando una gran ovación por parte de los asistentes. También versionaron el famoso tema “Antisocial” de Trust interpretado por otros grupos como Anthrax o Children of Bodom. Todo ello aglutinado en una puesta en escena elegante y en la que el showman de las cuatro cuerdas, Patxi, que era una máquina de correr incesante sobre el escenario. Tampoco ha causado grandes problemas los cambios de formación con la llegada del voceras sanvicentero Marcos Pastor y del batería alicantino Kike Larios. Además, antes de finalizar se acordaron de todos esos grupos que han marcado su camino y les han hecho ser quienes son en “Perdido En Los 80”. Propuesta de heavy metal clásico en la que toman presencia las contundentes guitarras de los ases Emilio y Txus. En conclusión, una actuación meramente espléndida.

A continuación, llegaba el momento de los anfitriones de la fiesta. Con una salida al ritmo de “Hate to Hate”, Bostok subía al escenario con unos uniformes que luego decidieron dejar de lado para poner su metal moderno sobre la mesa demostrando su predominante talento. Era una fecha especial para ellos puesto que presentaban su segundo disco “Dichotomy” con su gente, era el momento de brillar sobre la tarima… y lo lograron. El tema “Hypocritical” ya empezaba a desencadenar lo que venía. Un público entregado a ritmo de headbanging que no paraba de corear las canciones recibieron “The Feeling” como se merecía, el tema destacado como single del nuevo álbum conllevó a la interpretación de otros temas de “Dichotomy” como “Feel The Abyss”, la épica “Eternal Rain” que me hacía recordar a ese gran tema de los californianos Avenged Sevenfold en su “Waking the Fallen”, “Under Chains” o la polivalente “Demons” que junta lo mejor del breakdown potente con arreglos bailables creando una propuesta muy innovadora. Era el momento de echar una mirada atrás y observar el primer CD “Land of Fire” donde se escondían perlas como “In The Shadows”, un tema pegadizo a más no poder que ya apuntaba madera de Bostok como una banda que daría mucho de qué hablar en el futuro y el tiempo habla por sí solo. El set finalizó con los riffs heavy metaleros de “A Tale” y el track que da nombre a esta obra, “Dichotomy”.

Sergio Jaén tiene una capacidad brillante de llegar al final del concierto con una voz sin apenas desgarros y empeoramientos, sorprende gratamente como alguien puede llegar a esos registros poco usuales. ¿Qué decir de Manel Espinosa? Un hacha a la guitarra que desvía todas las miradas hacia su persona tanto por su impresionante dominio musical como por su extravagante look, todo sea dicho. Otro descomunal músico es el aporrea parches Joan Bernabéu, descarga poderosa de rabia con un sonido contundente. Además, Senent Miró y Moisés Vidal, a pesar de pasar desapercibidos, son pilares fundamentales del proyecto de Bostok a los teclados y bajo, respectivamente. Consiguieron crear de la música una fiesta, intercalaron headbanging con prominentes bailes e incluso el voceras Sergio Jaén inició una conga con todos y cada uno de los asistentes. Pero el concierto de los anfitriones llegó a su fin y, con esto, su fiel presentación de “Dichotomy” en Castalla.

Por último, llegaba desde Valencia Hashima, el infierno aterrizaba en La Fábrica con unos sonidos que se movían entre el thrash alemán y el death metal, con importantes toques de groove. Si os soy sincero, no conocía mucho acerca de esta banda y me sorprendieron bastante a pesar de que las altas horas de la noche produjeron un leve distanciamiento de mi ser hacia la barra. Su setlist se compuso de potentes temas como “The Preacher”, “My Cold Steel” o “The Devil’s Call”. Me gustaría volver a verlos una vez ya sepa más sobre su trayectoria porque dejaron un buen sabor de boca con un sonido enormemente potente. Es cierto que el estado de la sala ya era desolador, el horario no les favoreció en absoluto.

Sinceramente, siento que cada vez se apoya menos el panorama musical dentro de nuestras fronteras. Esto es una de las consecuencias de este momento artístico en el que nos escandaliza un spot de una marca de refrescos (muy injusto e inapropiado) pero esto no se plantea en las mentes de los amantes de esta música. Siento una enorme alegría por ese mensaje que me llegó en el que se anunciaba este Kill the Night Vol.2 con un elenco tan estelar. Ojalá mi destino se vuelva a cruzar pronto con alguno de estos grupos y poder decir que el metal no ha muerto.

Crónica y fotos: Juan Fernández