MorphiuM, Ciclón, Noctem, Kaothic, Infernale, Dünedain y Leo Jiménez. ¡Diantres! ¡No nos podíamos perder el Rock Arena 2017!

Aquí os dejamos la crónica y fotos de lo vivido el pasado sábado en Alicante.

 

 

Era un sábado de julio un tanto peculiar. Nos despertamos con la sorpresa de una portentosa tormenta que trajo como regalo un retraso respecto a la apertura de puertas del recinto, prevista para las 18:00. No fue hasta media hora más tarde cuando se habilitó la entrada y arrancaba lo que sería una noche de música gratuita en la pequeña localidad de San Fulgencio, en la provincia de Alicante. Quizá el acceso a este pequeño pueblo no es lo más favorable posible pero merecía la pena ya que ese día iban a pasar por el escenario del Rock Arena grupos de la talla de MorphiuM, Ciclón, Noctem, Kaothic, Infernale, Dünedain y el más que conocido Leo Jiménez.

Los primeros en tocar fueron los heavy-metaleros Ciclón, que venían presentando su último disco “Fuera de Control” publicado el pasado año. Sonaron temas de este LP como la conocida “En tu Celda”, “Basta ya” o “Luna de Lobos”. No dejaron atrás canciones de su anterior álbum “Sol Naciente” tales como “Manos Siniestras” o “Salvaje”, que se inyectaron como adrenalina pura sobre los asistentes que comenzaban a llegar al festival mientas su mascota (como el Eddie de Iron Maiden) aportaba la parte divertida y graciosa del show. Para terminar, un esqueleto militar irrumpió en el escenario para donar más espectáculo aún al concierto a la vez que el grupo se despedía con los dos últimos temas: “Matar Por Matar” y “Caballeros del Rock”. Muy buen grupo de heavy metal de corte clásico que dejaron buen sabor de boca a la mayoría de los allí presentes. No pienso perdérmelos en su paso por el Leyendas del Rock en agosto que seguro darán mucho de qué hablar.

Los siguientes en salir al escenario fueron los yeclanos Infernale. Era el grupo que menos conocía pero me sorprendieron con su propuesta de metal afianzada por melodías que surgen de bandas que les han influenciado como unos riffs tipo Machine Head o unos tonos que podían pasar del southern de Pantera hasta el metal más industrial de Fear Factory.Con canciones como “Echoes of Silence” o “Face to Face” (ambas aportan su nombre a sus correspondientes discos) se ganaron a un público que no paraba de llegar y que lo daba todo.

A continuación llegaba uno de los grupos que más gente había congregado ese mismo día. Las luces dieron la bienvenida a unos showman ya consagrados dentro del metal español. Dünedain saltaba al escenario con Tony Delgado al frente con la idea de hacer un concierto inolvidable en tierras alicantinas. Empezaron fuerte con “La Rosa Negra” despertando la ovación de los fans de la banda que se aglutinaban sobre las primeras filas. Abrían la presentación de su último disco “Pandemonium” con “Bola de Cristal” para, posteriormente, volver a sus clásicos con “Fiel a mi Libertad”, la cual fue coreada por gran parte del público. Esta primera toma de contacto dejaba claro que habían venido para dejarse la piel sobre el escenario. Un hiperactivo Carlos no paraba de moverse por todo el escenario ofreciendo un ritmo y un espectáculo incesante a la vez que interactuaba con el público. “Hechizo” se encargó de aportar el momento emotivo de la noche con una declaración de intenciones sobre la diversidad de vertientes que el power metal puede tener. Enormes Tony y Mariano junto con un Alberto Pérez Velasco que reflejaba la rabia en su rostro a la vez que manejaba enormemente el bajo.

Los aporreos de Miguel Arias en la batería anunciaban la llegada de la famosa “1000 Golpes” en la que se desató totalmente la fiesta. No paraba la tralla porque a continuación llegaba “Mi Alma Sigue En Pie” y la nueva “Tu Sueño”. El concierto llegaba a su final pero Dünedain tenía una sorpresa guardada: la realización de un videoclip en directo para el tema “Vuela”. Para esto tenían preparada una espectacular puesta en escena con fuego incluido que impresionó por todo su despliegue. Por último, los valencianos se despidieron con la mítica “Corazón de Invierno” dando por finalizado un concierto que quedará guardado en los anales de la historia. Geniales unos Dünedain que han seguido adelante a pesar de los baches que han ido apareciendo a lo largo de la vida de la banda.

A estas horas el ambiente que se respiraba en el público era espléndido. Tanto amantes del metal como simples curiosos merodeaban por la plaza de San Fulgencio y también se dejaron ver artistas y músicos de grupos como Mind Driller, Bostok, Raven’s Gate o Cain’s Dinasty apoyando la escena metalera, algo que está genial de ver en los tiempos que corren. También conocí a Jan Kern, un alemán de la ciudad de Mannheim que desde que se topó con este festival veraneando por tierras españolas no se lo pierde ningún año. Así da gusto.

Con un recinto prácticamente lleno era la hora del concierto del grupo que más deseaba ver ese día. Hace ya bastante tiempo que sigo a MorphiuM y por fin aterrizaban en Alicante para presentar su último disco “The Blackout” que les ha catapultado a girar por países como Rusia o China. Se están abriendo paso internacionalmente y eso se ve reflejado en el estilo que ha tomado la banda con letras en inglés y toques más modernos. Se volvió todo de negro y aparecieron cada uno de los componentes con su maquillaje característico. Empezando por la poderosa “Victim of Your Shame” desempeñaron un setlist íntegro de su nuevo LP con la adrenalina que descargó temas como “Point of No Return”, “Are You Are” o “Made of Stars”.

Pudimos ver a un Alex Bace lleno de energía que bajó hasta tres veces del escenario para cantar con el público, lo que desvió todos los objetivos de las cámaras hacia su persona. Otros tracks como “You’d Rather Be Blind” o “Away from Myself” dejaron paso a la sorpresa de la noche. MorphiuM invitó a Estefanía Aledo (Mind Driller, Arise) a cantar la coreable “What Lies Behind Words”. Ya habían trabajado juntos anteriormente y aprovecharon su cruce de caminos para hacer y crear esa magnífica colaboración que dejó boquiabierto a más de uno. Respecto al sonido, comenzó el bolo bastante limpio pero hubo algunos instantes en los que falló un poco, nada importante en comparación con la actuación de los de Girona. Magistral.

Esto no paraba. El cabeza de cartel, Leo Jiménez, estaba preparado para lucir la que algunos denominan la mejor voz del metal español. Con un disco algo controvertido respecto a su variedad (“La Factoría del Contraste”) llegaba al Rock Arena dispuesto a poner el listón muy alto. Comenzó con el single “Con Razón o Sin Razón” para dejar paso a “Desde Niño”, uno de los clásicos de su “Animal Solitario”. A continuación, se acordó de la 037 con “Condenado” y “Volar”, esta última fue dedicada a todos los moteros presentes. Tras una breve presentación de la banda, “Vuela Alto” puso la ternura con gran parte de los asistentes (algo tímidos) coreando frase a frase este himno de “la bestia”. Llegaba el momento más hardcore de todo el concierto de la mano de Toni Mero Mero de Cuernos de Chivo, que salió al escenario para interpretar junto a Leo “No Más Canciones Para Ti” y “El Dilema”, donde aprovechó para hacer chistes respecto a la atracción sexual que desprendía el frontman sobre algunas y algunos de los presentes.

La contundente “Soy Libertad” dio paso a un mar de cuernos para ovacionar al dios del heavy metal Dio con “Neon Knights“. Era el turno de otra cover, esta vez de “Ojos Así” de Shakira, canción que bien podría haber sido compuesta por Stravaganzza en sus buenos tiempos. Precisamente a estos últimos les dedicó “Keroseno” en la que ya era la recta final del show. La icónica canción de los 80s “Es Por Ti” y “Tu Destino” crearon un buen ambiente de festividad en el que incluso Leo se atrevió a cantar por Los Chichos. Por último, como bien es sabido, llegó la hora de despedir el concierto con la obra maestra que Stravaganzza consiguió remasterizar a su manera. Fue asombroso ver a la plenitud de asistentes cantando “Hijo de la Luna” dejándose la voz y creándose un mar de móviles que buscaban registrar el momento. Así se despidió la mejor voz de nuestro país, el Ronnie James Dio español, el gran Leo Jiménez.

A decir verdad, Noctem era el grupo que menos simpatía me daba del cartel. El black metal no es mi estilo favorito ni mucho menos pero me dejó asombrado la escenografía que los valencianos crearon sobre un humo que apenas les permitían ser vistos y con una actitud seria y decidida. Venían presentando su último trabajo de estudio “Haeresis” del que sonaron temas como “The Submission Discipline” o “Through the Black Temples of Disaster”. La mala suerte llegó a mitad del concierto, en el que unos problemas técnicos obligaron a parar la actuación durante un periodo bastante largo. Después del show de Leo Jiménez bastante gente decidió irse del festival y, a causa de estos fallos, fueron más las personas que decidieron emprender su camino hasta casa. Cuando reanudaron el concierto ya no fue lo mismo, la gente se encontraba medio apagada después de lo sucedido y había poco movimiento a pesar de que Noctem lo dio todo sobre las tablas para intentartapar ese incidente.

Los seleccionados para cerrar la noche fueron Kaothic, el grupo del polifacético guitarrista Alberto Marín (Def con Dos, Hamlet, Avulsed, Skunk D.F…) La afluencia del público a esas horas ya era escasa pero a pesar de ello hicieron un show bastante bueno en el que el vocalista Zyrus demostró sus dotes vocales con canciones como “Son of Evil”, “The Flame” o “Silver Wings”. Sinceramente, me hubiese gustado que la recepción al grupo fuese más alta pero es lo que tiene ser el último grupo en tocar en un festival como este Rock Arena. Independientemente de los factores externos, el grupo se vio sólido y no es para menos, pues aparte del ya nombrado Alberto Marín también cuentan con Matt de Vallejo en sus filas (baterista conocido por su paso en bandas de la talla de Dulcámara, 037, Mónica Naranjo...). Promete mucho esta banda que lo dio todo incluso sin su bajista Dani Criado, que estuvo bien sustituido. Con “Hypocritical” e “Immortal” cerraron una actuación que seguramente les puso en boca de gran mayoría de asistentes. Hay que seguir muy de cerca a esta banda, pues tienen aún mucha brea que mostrar.

Tras finalizar la jornada algunos se fueros hacia sus respectivas casas y otros prefirieron afincarse en el camping gratuito que la organización habilitó para los visitantes de fuera de la provincia. Es siempre un placer ver estas iniciativas en apoyo de la cultura metalera que, año tras año, se está viendo infravalorada. Un festival gratuito como el Rock Arena, que lleva sus años saliendo adelante, es un gran ejemplo de que si se quiere se puede. Solo me queda felicitar a la organización y a las bandas por el trato recibido. ¡Nos vemos el año que viene San Fulgencio!

Crónica y fotos: Juan Fernández