Posession, El Altar del Holocausto, Totengott, Humo, Brutalfly y Naphalm, ese fue el menú de la primera jornada del Wolfest de Oviedo. Un evento que un año más no quiso perderse FelipeSM.

¡Aquí os dejamos la crónica del pasado viernes!

 

 

Organizar un festival de metal en Asturies es todo un reto. Salir victorioso, casi un milagro. Repetir al año siguiente ampliando el número de bandas y de días de festival queda en la delgada línea que separa la genialidad de la locura. Eso unido a un estupendo Pre-Wolfest que vivimos en septiembre en la misma sala.
Las catorce bandas reunía en esta segunda edición el Wolfest y los 30€ de precio del abono de dos jornadas parecían una oferta más que suculenta. ¿Respondería el público asturiano?

Con dicha pregunta en la cabeza me planté en la sala Sir Lauren’s de Oviedo, con Naphalm abriendo la tarde a eso de las 20:00. Primera sorpresa, doble. Por un lado me congratuló comprobar que el público respondió desde el primer grupo, arropando a la banda ovetense. Y por otro, me sorprendió gratamente el cuarteto de nu metal. Estrenando bajista (Jota de Get in Tribal), el cuarteto ofreció un más que solvente concierto, con un gran sonido y mucha pegada. Capitaneado por un pletórico frontman el grupo dio buena cuenta de su disco debut con temas como “Tragedia”, “Fahrenheit” o “Hegemonía”, dejando un gran sabor de boca entre el público. Banda a seguir, si lo vuestro es el nu metal en castellano, no debéis perderlo de vista.

Brutalfly salió a escena a las 20:45 con intenciones claras, no dejar títere con cabeza con su thrash metal. Con unas primeras filas entregadas a la causa y regalo de discos por parte de Diego, la banda fue aprovechando su media hora de concierto para impregnar la sala de ese aroma a metal ochentero que despide su música. Personalmente vi al trío un poco estático, cargando demasiado protagonismo en el frontman del grupo, pareciendo por momento más el proyecto personal de un guitarrista que una banda en sí. Quizás el posterior anuncio de la salida del grupo de Charly (bajo) tuvo algo que ver, quién sabe, no deja de ser una apreciación personal. Lo que si eché en falta fue una segunda guitarra que terminase de darle el “punch” final a los temas, ya que a pesar de poseer algunas canciones prometedoras estas no terminan de romper con la fuerza que deberían.

Tercer grupo de la noche y cambio radical de estilo. Humo, desde Arnao, abrió la veda para la descarga de metal denso que estaba por venir. Cuarenta minutos de metal progresivo instrumental que nos pusieron las orejas tiesas ante el magnífico despliegue técnico que ofreció el cuarteto. Con un aire semejante a Ciconia (por referenciar una banda nacional) el combo peleó contra la frialdad del público y con un sonido un poco alto a mi parecer, para terminar con el respetable a sus pies por méritos propios. Si eres de los que se desvive por el “Be Prog!” de Barcelona y no tienes en tu colección su disco homónimo, algo estás haciendo mal…

Algo más de un centenar de personas se encontraban en la sala cuando Totengott salió a escena. Con un sencillo (y terrible para mí) “solo luces rojas por favor” de Chou, el trío se aseguró la teatralidad necesaria para presentar los tres temas que componen su debut “Doppelgänger” . Dedicando el concierto al difunto bajista de Celtic Frost (Martin Eric), más que reconocida inspiración del grupo, la banda derrochó calidad por los cuatro costados. Mucha presencia escénica, una ejecución inapelable y un sonido propio de bandas de alto nivel. Totengott no se puede alejar más de mis gustos personales, pero su mezcla perfecta entre doom, death, black, progresivo e incluso algo de thrash es cuanto menos hipnótica. Me sorprendería no ver girar al grupo por Europa con solvencia de aquí a un par de años.

Si primero hablo de presencia escénica, primero aparecen en el escenario El Altar del Holocausto. Cruces, túnicas cubriendo a cada músico, humo, luz tenue, cero lenguaje verbal… La propuesta de post-rock con aires doom de este trío inundó la sala Sir Laurens y se apropió de las más de cien almas que asistieron a su concierto. Temas como “Again I Say you…” , “Ego Sum Via Veritas et Vita” o “El Que es Bueno…” hicieron las delicias de propios y extraños bajo una ejecución inapelable y la sensación de estar ante una banda especial.
Y algo así tenía que ser, pues montar un circle pit solo con gestos es cuanto menos meritorio, no contento con ello Skybite (bajo) terminó el show entre el público para delirio del personal. Había leído y escuchado muchas alabanzas a la banda y ésta cumplió todas y cada una de ellas, creo que no puedo añadir nada mejor.

El cierre de la velada corrió a cargo de Posession y tras tres conciertos de contención tocó bajar directos al infierno. Con un Titi más bromista que de costumbre y con el mismo buen hacer que en cada ocasión anterior, el cuarteto extremo remató la noche con un estupendo repaso a su historia discográfica, rescatando algún tema del primer álbum y presentando un nuevo corte de su futuro disco, con un aire más denso y progresivo, aunque sin perder un ápice de esa brutalidad que desprende el combo.
Mención aparte merece Iván, quien a pesar de sus problemas en la rodilla volvió a ofrecer un recital en la batería. Si el grupo es una apisonadora, buena parte de culpa la tienen sus extremidades.
Posession hace que me repita en cada crónica, pero es que la realidad es la que es. El grupo cumple con creces en cada concierto, con un set preparado a conciencia, sin fisuras, ante el cual uno solo puede más que rendirse y disfrutar.

Gran primera noche para este segundo Wolfest en el que todo fue sobre ruedas a pesar de la mayoritaria ausencia de pruebas de sonido, lo cual es un punto extra para las bandas. Los puntos a favor de la jornada, la exquisita puntualidad del evento y la casi ausencia de caras habituales entre el público, indicativo de la existencia de un posible relevo en la escena asturiana.
Todo viento en popa para el segundo día de festival en el que nos esperaban ocho bandas más… Y seamos sinceros, con esta primera jornada ya habríamos salido más que satisfechos del festival.

Crónica y fotos: FelipeSMwww.smfelipe.es