Esta noche miramos atrás para irnos a agosto y recordar la última jornada del Rabolagartija Fest, donde actuaron Pupil·les, Fuckop Family, Che Sudaka, Kase.O, Los De Marras o El Niño de la Hipoteca.

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Era el último día. El tiempo parecía saberlo y prefirió dejar las amenazas de lluvia atrás. El terreno del Rabolagartija era un auténtico barrizal, subsistió como pudo a dos festivales pero ya mostraba sus flaquezas. Muchos asumían que este sería el peor día, sin embargo, yo era la primerajornada en la que me dirigía a Villena a primera hora (16:45), las Machete en Boca esperaban tempraneras la inauguración del sábado 18.

Con las complicaciones que genera acceder al recinto, no pude recoger ningún registro gráfico pero mil palabras valen más que una imagen. He de decir que la puesta en escena de este grupo es muy mala, cada componente por su lado, algún que otro choque y algún imprevisto como fallo de micro y caída de telón estropearon visualmente su directo. Pero las Machete viven de su carisma, su rabia y sus letras políticamente incorrectas. Ya las vimos en la web teloneando a ZOO y esta vez venían con una novedad discográfica (“A Machete Voy Vol.3”) y no podíamos dejar pasar esta oportunidad. Dejaron un rastro de temazos como “Creen Que Saben”, “No Quiero Más Na” o la coreada “Pa’ Mi Peich”. Llegaron con el Flow cargado, directas a conquistar la ciudad alicantina y, pese al horario que les tocó, dejaron huella.

Y si la tarde iba de mujeres empoderadas llegaba el turno de Pupil·les. Su estilo se basa en un rap electrónico en valenciano con letras feministas y reivindicativas. Ya son un clásico de la escena valenciana y se demostró con el número de fans que ocuparon las primeras filas. A pesar de seguir habiendo gente que va a estos conciertos a gritar piropos a las artistas, el reconocimiento que están teniendo en los carteles las mujeres es cada vez más notorio (aunque aún queda mucho por hacer). Además, cada vez son más los eventos que introducen puntos violetas y el Rabolagartija no fue menos.

El show estuvo correcto, sin un virtuosismo exaltado pero con una capacidad notoria de hacer bailar al público. Con una mini sesión remember (y no tanto) por parte del DJ Juan, llegaba el momento de la salida de Mireia y Natalia al escenario. Una más cómoda que la otra interpretaron hits de su disco “Les Silenciades” como “Estima’t”, “Sola Contra Mí”, “No Vull Dormir”, “Gresca” o el propio tema que da nombre al álbum. También hubo tiempo para interpretar “La Nit És Nostra”, el tema colaborativo de Mireia con La Fúmiga, y para presentar sus dos últimos sencillos “V” y “Colps de Puny”. En general, fue una actuación muy buena, con sus más y sus menos, pero que dejó un ambiente muy caldeado con ganas de más.

Y el giro de 180º lo daba la actuación de los locales Fuckop Family. Posiblemente no los conozcas, pero los de Villena estuvieron bien acogidos con todos sus colegas que se reunieron para rendirles tributo y homenajearles desde abajo. Reventaron el escenario con su hardcore nu metal con acotes de reggae, algo tan raro como las pintas de su bajista Ricky Menor. Venían de actuar de teloneros de las leyendas Soulfly, y el siguiente paso era demostrar su valía frente a fans de El Kanka y Bebe. Y los “Kinkilleros” de Alicante no escatimaron fuerzas en presentar su último trabajo como mejor saben: dando brea.

Era la segunda vez que disfrutaba de su directo, la primera en la jornada de bienvenida del Marearock, y cada vez me es más evidente que se trata de un grupo muy infravalorado. Temas de la talla de “Explosión de Mierda PPera”, “Mañaneo” o “Ná de Ná” representan a la perfección esa faceta que han explorado con su último disco de divertir reivindicando, a su vez que intentan evadirse de un mainstream que los llevase a su tan odiado “Postureo”. Menos personas de las que se merecían disfrutaron de “Levante Corruption”, de “Spain No Brain” y de los tropiezos de Ricky, pero Fuckop Family estaba en casa y eso, en el fondo, se notaba.

Y del metal más gamberro pasábamos a bailar con las almas rebeldes de Che Sudaka. Fue raro, debido al gran reclamo internacional que tiene este conjunto de artistas, ver una pista muy despoblada durante las primeras canciones. No obstante, con el paso del tiempo, el baile acaparó todas las localidades de la primera fila con gente vestida de indio, purpurina y hasta un pingüino volador. El buen rollo que transmite este combo residente en Barcelona fue plato de buen gusto para una mayoría con ganas de mover el cuerpo a ritmo de temazos como “Amores” o “Silence Raval”. Se estaba disfrutando dentro de esa hermosa hermandad que se crea en muchos conciertos entre el público, hecho que propició incluso una larga conga.

Todo lo presente en su show era participe de un clima especial. Las poses serias de Sergio junto a su acordeón, las performances de mímica de Leo y las sonrisas de Kacha… un gran espectáculo que entraba de lleno por la puerta grande en la tarde festivalera. Una niña desde la primera fila pedía, con un discreto papel, la canción “La Risa Bonita” y la tuvo. También recibió un regalo por parte de la banda: un pañuelo violeta que se vendía en el punto de atención a agresiones machistas, con la aportación de la banda Alademoska. Todo acabó con un prolongado coreo del nombre de Che Sudaka. Concierto necesario para olvidar por un momento lo que sucedía fuera de ese festival y lucir una brillante sonrisa.

Y después del baile tocaba ver los conciertos de El Kanka, el televisivo Langui y Bebe desde la distancia, haciendo reposar cámara y fuerzas para una recta final festivalera de infarto. Y es que, pasada la hora de la cena, llegaba el momento del cabeza de cartel del día. El mito del rap español y componente de Violadores del Verso se presentaba frente a un lleno absoluto en Villena. Kase.O rindió al 100%, haciendo las delicias de fans del rap y de la música en general. En el público no solo había seguidores de la música urbana, gente familiarizada con otros tipos de géneros también disfrutaba del directo del maño. Javier Ibarra ha conseguido traspasar fronteras musicales con “El Círculo”, una apuesta por un rap más comercial que, sin dejar de tener esa esencia crítica y social, pasa a ser percibido como una remodelación de sus capacidades.

Todo empezaba serio. “Esto No Para” ponía patas arriba Alicante con su hardcore rap combativo. Locura total en un concierto con altibajos no por culpa del artista si no por un público poco entendido más allá de clásicos y hits nuevos. El MC estuvo enchufado desde el principio, con su parte mística y sus peripecias amorosas, donde se abrió mental y espiritualmente frente a la mejor acogida de todo el Rabolagartija. Cantó su parte de “Pavos Reales”, echó la vista atrás con “Repartiendo Arte” y rindió tributo a su grupo con piezas históricas como “Vivir Para Contarlo” o “Cantando”. También hubo tiempo para ver el lado más tierno del rapper en la escena de “la chica del Cola Cao caliente” que tenía por nombre María y de apellido Rozalén y salió para interpretar junto a Javi “Mazas y Catapultas” con un vals incluido en el que a Kase.O se le caía la baba mirando a la cantante. En general, fue un espectáculo de sensaciones que dejó un memorable concierto, de los mejores de la edición.

Con la evidente resaca de tres días de infarto, llegaba la recta nocturna final para decir adiós a un variado festival que dio muchas alegrías al respetable. La delicadeza de El Niño de la Hipoteca estaba destinada a ser el final de varias almas cansadas a eso de las 2:10. Y dio inicio al show un sonido de las “Tripas” de Guiu junto a la banda Los Ratones. La propuesta del cantautor barcelonés consistía básicamente en alegrar las caras de sus fans y, a su vez, de disfrutar el mismo sobre el escenario. Se mostraba muy cercano, contando chistes y chascarrillos entre canciones que hicieron aún más amena la hora de concierto.

Las primeras filas cantaban eufóricamente temas como “Cum Laude” o “Te Quiero”, hasta que Guiu anunció la interpretación de su canción más conocida “para que la gente que solo conociese esa pudiese ir antes a dormir”. A continuación, los primeros acordes de “Alquitrán Y Carmín” presentaron una colaboración con El Kanka, fiel a la versión del álbum “Operación Guitarra”. Y cierto, alguna persona se fue rumbo al camping, inocente ante lo que estaba por venir. Podemos decir que se perdió el tema que tiene junto al youtuber Loulogio “Joint (No Fumes Marihuana)” con chistes que debieron dañar la integridad emocional y nasal del político Albert Rivera, el combo mágico de “Romeo Y Julieta” y “Mi Novia de 2ºB” y el final de “Copypaste” que milagrosamente el público se sabía de principio a final. El Niño de la Hipoteca bajó del escenario haciendo aún más íntimo el espectáculo. No defraudó a ningún fan y a mí tampoco. Era la primera vez que lo veía en solitario, sin Ferrán Exceso, y era evidente que el artista tenía más libertad para hacer lo que quisiese (básicamente por ser únicamente suyo el setlist).

Y, ahora sí, llegaba el momento final. Nos despedíamos con el guarrocanrol guitarrero y desenfadado de Los De Marras. Siempre es un places poder degustar el directo del combo valenciano y más si es cerrando un festival de tal magnitud. Son, junto a La Raíz, los músicos que más he visto en concierto pero, al contrario que ellos, con el Agustinico y compañía nunca me aburro. No me puedo aburrir con un punk-rock aguerrido pero familiar en el que todos los componentes son “la polla y el chichi”, con una puesta en escena que obligue al personal a hacer pogos a cada rato y en el que los sentimientos salen a relucir con temas como “Revolviendo” o “Futuro”.

Empezaron con “Poeta”, una introducción a su disco “Reamanecer” que ha calado magistralmente entre los seguidores de la banda y yo, desde el foso de prensa, deseaba acabar las fotos para disfrutar desde una posición neutral con el público. “Compadre”, “Malabares”, “Diosa de la Noche”, “Hierbagüena”, “Escápate”, “¿De Qué Se Ríe?”, “A Tu Vera” …, una sucesión de himnos imparables que hacían efecto de bola de nieve. La energía no hacía más que aumentar y eso provocó que, al final, hubiese un ambiente con ganas de más pese a que elreloj marcase más de las cuatro de la madrugada. Un final colaborativo con Pepo de Desakato gritando partes de “Sexo en la Calle” y la cierrabares “Hoy” finiquitaron el festival. Acabaron agradeciendo al público su entrega, Pepo tirando al batería Pau a un crowdsurfing infinito y lleno de sudor. Yo aproveché los pogos que generaron Los De Marras, alguno con fallido final, para despertarme de este sueño de tres días en el Polideportivo de Villena. Referencia nacional este Rabolagartija, un evento que huye de las etiquetas. Hasta el año que viene, si Dios quiere.

Crónica y fotos: Juan Fernández