Un domingo más os traemos nuestro "Disco de la Semana" y para ello nos vamos en esta ocasión hasta Suecia. Desde allí Nui nos presenta "Machina Viva", el quinto disco de la banda progresiva Wolverine.

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Suecia y la buena música siempre van de la mano, un hecho tan común que actualmente resulta un esfuerzo inútil intentar enumerar todas las bandas excelentes que proceden de ese país. El grupo que hoy se nos ha antoja es Wolverine, un quinto amante de la progresión que ya se ha labrado una buena discografía desde 1996, y este “Machina Viva” es su regreso tras cinco años de su tradicional silencio.

La corriente neoprogresiva que discurre por nuestros oídos desde los inicios de los 2000 ha evolucionado incontroladamente a su variante más salvaje, llegando a establecer un nuevo paradigma categorizado como extreme progressive metal, una precisa amalgama que adquirió la popularidad necesaria como para determinar las bandas venideras.

Las representaciones rítmicas y melódicas establecidas en este álbum recuperan las dotes sonoras de la variante clásica, la que se formalizó con la fusión entre rock progresivo y metal primigenio, profundizando en la suavidad instrumental en vez de la brutalidad dogmática que traen consigo el black y el death. “Machina Viva” apuesta por el medio tempo, por el canto limpio y por la dominante presencia del jazz en una ejecución pura e inmaculada.

Los riffs aquí marcados poseen una carga emotiva de gran valor, las letras relacionadas con la vida, con las relaciones interpersonales y las luchas del yo interno solo pueden matizarse con exactitud con ese toque de relajación que exhalan tanto las guitarras como la batería, de sonido fino y calmado. Las notas se desprenden con suavidad de la instrumentación y parecen acariciar nuestros tímpanos; mientras tanto, el vocalista Stefan Zell dispersa su voz entre las emanaciones puristas y envolventes del piano electrónico.

Similares a las aspiraciones melódicas de los grupos estadounidenses Dream Theater y Threshold, ese sonido de gran producción repite su estabilidad y permite un equilibrio en MAYÚSCULAS, con composiciones longevas como “The Bedlam Overture” (de 14 minutos) en donde logran atrapar nuestra atención en un desarrollo que carece de grandes contrastes, lo que deja en evidencia el gran dinamismo de unos riffs jazzísticos y la suavización descarada del aspecto metalero a favor del rock común.

También es justificable la comparación de Wolverine con bandas como Subterranean Masquerade, por la utilización de percusión exótica, Exivious, por el bajo de línea jazzística, y Ne Obliviscaris, por la fortaleza melodiosa de un par de instrumentos de cuerda con mucho carácter.

La gran novedad que trae consigo este grupo es la demostración de que el progressive clásico está muy vivo pese a la caída de referentes del género, todos sabemos a quiénes me estoy refiriendo, pero Wolverine se desmarca de la decadencia ajena y logra una obra cuya evolución interna supera la indiferencia pese a su continuidad “simplista”; es decir, pocos serán los oídos que no encuentren en él la agradable armonía de lo sosegado y melodioso.

 

Tracklist:

  1. The Bedlam Overture
  2. Machina
  3. Pile of Ash (ES335 version)
  4. Our Last Goodbye
  5. Pledge
  6. When the Night Comes
  7. Nemesis
  8. Sheds
  9. Pile of Ash (cello version)

 

Wolwerine son:

Thomas Jansson – Bajo
Jonas Jonsson – Guitarra
Per Henriksson – Piano
Stefan Zell – Voz
Marcus Losbjer – Batería

Nota: 9/10

Review realizada por Nui