El pasado viernes 22 de abril fue un gran viernes. ¿Por qué? Pues porque volvimos a disfrutar en directo de uno de los grupos clave del rock patrio, los asturianos Mala Reputación. Una velada celebrada en Oviedo que hoy nos relata FelipeSM en texto y fotos.

¿Queréis saber cómo fue la noche?



Dos años más tarde del lanzamiento de "La Belleza", al fin Mala Reputación presentaba su último trabajo en Asturies. Un EP que en pleno confinamiento fue para muchos, entre los que me incluyo, un balón de oxígeno, un hecho que convertía la cita del pasado 22 de abril en Oviedo en ineludible.
El concierto tuvo lugar en la sala Tribeca Live, la mítica sala ovetense ha dado un pequeño lavado de cara a su interior y parece dispuesta a recuperar el protagonismo de antaño en la programación cultural. Ver veremos si se cumple, aunque no tenga el escenario más estético del mundo con esas dos barandillas que lo cortan, o la sala huela a clásico bar nocturno, sí que tiene puntos a favor como su situación en pleno centro o la ausencia parcial de cobertura móvil, lo cual permite un disfrute pleno del concierto.

A eso de las 21:15 salían a escena Michi, Daviz, Kiko y Juan ante una sala rozando el sold out, abriendo fuego con su último tema "El Alambre", seguido de "Que la Tierra sea Leve" y "Caliza". Un inicio arriesgado apostando por temas de su última etapa, que fue acogido con algo de frialdad por el público, quizás por la ausencia de un grupo que facilitase el calentamiento.
Una sensación que se disipó en cuanto sonaron "Tu Cruz" y "Para que Jueguen los Gatos", primeros cortes coreados al unísono de la noche.

El concierto avanzaba con buen sonido y la banda disfrutando sobre el escenario, mientras Mala Reputación seguía apostando por temas de sus últimos trabajos. "Aúlla", "La Hoguera", "Océano y Lluvia", "Casas de Cartón" con dedicatoria de Kiko a la gente que sufre las guerras (a los de abajo)... Y con este tema se cerró la primera parte del concierto. Una primera parte en la que vimos la versión más post-rock de Mala Reputación, con pocas palabras entre canciones, Daviz y Juan repartiéndose la labor vocal, Michi animando al público…

Y entonces llegó "Polvo en el Viento". Ese himno que tiene todo lo que un tema debe tener para ser algo más, para trascender estilos y conseguir levantar a toda la sala desde el primer acorde. La sala Tribeca se convirtió entonces en un polvorín, coreando cada tema y disfrutando con cada acorde.
"Jarabe de Palo", "Zona de Confort", "El Andén del Sacrificio" y "Benditos Juegos" nos llevaron en volandas al previsible amago de retirada antes de la traca de despedida.

El rush final empezó con Daviz y Kiko solos interpretando "Fuego", con dedicatoria especial a la hija del primero, en lo que fue un karaoke grupal que me hizo pensar en dos palabras: "acústico" y "bolera".
"Cristal" desató los pogos en primera fila y entonces ocurrió algo irrepetible. La banda dejó protagonismo en primera linea a Kiko y allí el batería se lanzó a por todas pidiéndole matrimonio a su pareja.
Éxito rotundo que dio comienzo a la "Ceremonia", para cerrar por todo lo alto, como la ocasión merecía con un soberbio wall of death en "Abriendo Camino". Mil y un conciertos de metal extremo y la primera vez que veo a una sala hasta la bandera separarse en dos desde escenario al fondo, es en un concierto de cuatro tipos de Cangues D’Onís…

Con el subidón del momento, el grupo se despidió tras más de hora y media de concierto. Una estupenda velada que se nos hizo corta a la mayoría, en la que echamos de menos temas como "Las Mañanas", "Ansiedad", "Fálame"... y así hasta un sin fin de canciones que todos queríamos escuchar. Un "problema" derivado de ser Mala Reputación, tras más de veinte años de carrera, la banda sonora de un par de generaciones de rocker@s astures. Y eso es tan grande, que no hay pandemia, restricciones o meteorito que lo cambie.

Crónica y fotos: FelipeSM www.smfelipe.es