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El pasado sábado 29 de noviembre Dünedain presentó su nuevo disco "Érase" en la sala LAVA de Valladolid acompañados de Neon Nightmares, una cita ineludible para todos los amantes del heavy metal patrio que nosotros no quisimos perdernos.
¡Aquí os dejamos la crónica de Luis Martin!
Con paso firme y poco a poco. Así podría resumir la evolución que Dünedain ha tenido desde hace unos cuantos años a esta parte. Sin tener un boom y tampoco sin que nadie les regale nada, a base de creer en sus canciones y con un directo eficaz, los de Madrigal han ido captando gente y hoy en día son una banda infalible y muy querida en conciertos y festivales. El 29 de noviembre presentaban su último disco "Érase" en Valladolid, su segunda casa, y allí estuvimos para verlo.
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Pero vayamos paso a paso, porque antes que ellos tocaban Neon Nightmares, un grupo pucelano formado por chavales casi seguro aún sin edad para conducir. Y como ello hay que mirarlo, no dejan de ser jóvenes a los que les mueve la ilusión y la pasión por tener su grupo de rock, aunque cierto es también que están todavía verdes y tienen mucho camino por recorrer. Su repertorio se basó en canciones en inglés, tanto algún tema propio (que ya me sorprende que tengan con su corta edad), como versiones de grupos como Kiss, Van Halen, Bon Jovi o Judas Priest. Incluso se atrevieron con una canción instrumental, que sería lo que más me gustó del concierto. La actitud la tienen, especialmente de su guitarrista que parece que desayuna rock ochentero y están empezando el proceso de curtirse el lomo.
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Han pasado 13 años desde mi primer concierto de Dünedain en Valladolid. En aquella ocasión no sé si llegaríamos a ser 100 personas en la sala Porta Caeli. Poco a poco sus conciertos en esa misma sala fueron teniendo más afluencia, hasta el punto de reventarla en la gira de "Memento mori", así que han decidido dar el salto a la sala Blanca del LAVA, un espacio con el triple de aforo. En mi ignorancia pensaba que era un movimiento arriesgado y que igual se quedaba un poco desangelada, así que me alegró mucho verla mucho más llena de lo que esperaba, quizás a un 70% de su capacidad. Es verdad que Dünedain en Valladolid juegan casi en casa, pero, para hacernos una idea del éxito, metieron más gente que Saurom o Sôber en sus últimas visitas.
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Lo que funciona no se toca y "A un paso del cielo" sigue siendo la escogida para empezar los shows, seguida esta vez de la nueva "Oh yeah", un binomio espectacular para empezar por todo lo alto y tener al público saltando desde el primer minuto. De seguido siguieron subiendo la temperatura con "Legado" y "Vuela", tras la que ya sí pararon a saludar y agradecer a todos los presentes por ayudarles a vivir una noche soñada para ellos. Venían presentando nuevo disco, aunque tampoco se explayaron mucho en él, para mi gusto tocaron lo que hay que tocar, que son las cuatro canciones que están por encima del resto del trabajo. "Fénix" es un temazo espectacular, y más tarde sonarían la propia "Érase" y "La misma canción".
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El resto del repertorio fue sin sorpresas sobre lo que venían tocando hasta ahora, aunque sí me gustó mucho escuchar "Memento mori", "Eterno" y "Hechizo", no tan presentes en todos los set lists. En esta última, Carlos se sale y nos deja boquiabiertos con su capacidad en agudos imposibles, mano a mano todo el concierto con un Tony que cantó espectacular también. Otro aspecto que me gusta mucho de Dünedain es que van soltando cañonazos como "Unidos" o "1000 golpes" sin perder el tiempo en juegos aburridos con el público a ver qué sector canta más fuerte, presentaciones eternas o solos irrelevantes. Al grano y llenando el tiempo con canciones, como tiene que ser. La despedida también fue bastante habitual y dejó el concierto por todo lo alto: "Tu sueño" puso a saltar a todo el mundo y "Por los siglos de los siglos" y "Corazón de invierno" funcionan como lo que son, grandes clásicos irremplazables.
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Como siempre y tampoco esto es noticia, muy bien Dünedain, que volvieron a triunfar y superarse en su segunda casa, mostrándose además muy agradecidos por ello. Ojalá lo siguiente sea celebrar un sold out en el LAVA.
Crónica y fotos: Luis Martín
