El pasado lunes 28 de abril la gira española de la banda In Solitude llegó a Barcelona. Junto al grupo sueco estuvo la banda catalana de death metal Graveyard y para no perder ni un detalle de la noche allí enviamos a Xell.

¡No te pierdas esta crónica!

 

 

Llevaba mucho tiempo queriendo tener la oportunidad de ver a In Solitude ofreciendo su propio show como cabezas de cartel, por lo que el 28 de abril era una fecha que esperaba como agua de mayo. El resultado final fue más que satisfactorio aunque extremadamente corto. Pocos éramos los congregados en la pequeña de las tres salas de Razzmatazz, pero nada importaron los números aquel lunes, ya se dice que es mejor calidad que cantidad, ya que la entrega fue total, tanto por parte del público como de las bandas.

Los elegidos en abrir la velada eran Graveyard, los cuales publicaron su nuevo álbum “The Sea Grave” el pasado 2013. Desde el año pasado cuenta con Fiar, vocalista de Foscor, como encargado de hacer las voces en los directos, lo que creo que ha sido una gran idea. Primero porque Fiar es un gran vocalista, con unas buenas tablas sobre el escenario y un frontman que poco o nada tiene que envidiar a los "grandes del metal". Y segundo porque de esta forma, Julkarn puede relajarse y concentrarse en las líneas de bajo, aportando una formación mucho más sólida y entregada. Dieron una actuación de unos 40/45 minutos aproximadamente, sin pausas, directa al grano para que todo asistente gozara de ella al máximo. El sonido fue más que decente, como bien nos tiene últimamente acostumbrados la Razz 3, y nos permitió disfrutar de un show nítido donde se pudieron apreciar como es debido las guitarras de Bastard y Mark. Death metal de corte sueco y de la vieja escuela que te permite cabecear sin cesar, a la altura de las bandas más míticas del género y sin necesidad de salir del país. Nos ofrecieron en su mayoría cortes de su último trabajo sin olvidar algún que otro tema de su debut, que sus fans más acérrimos reconocieron al momento. Todo un espectáculo digno de recordar y eso que aún faltaba lo mejor.

Lo mío con In Solitude es algo extraño. Siempre he pasado olímpicamente del heavy metal, supongo que porque empecé con el power metal y de ahí ya directamente me pasé a sonidos más extremos, pero un buen día, sin saber por qué, presté atención a estos suecos. Quizás me llamó la atención lo jóvenes que eran y pese a ello el éxito que estaban cosechando. El caso es que quedé perdidamente encandilada con su álbum debut. Seis años han pasado ya desde entonces y estos chavales (ahora ya no tan chavales) ya llevan tres discos a sus espaldas. Venían a España dispuestos a presentarnos su último álbum, “Sister”, aprovechando su paso por el festival portugués Barroselas. Fue una actuación espectacular, con una entrega sin igual pero muy corta. El set no llegó a la hora de duración y como cabezas de cartel esperábamos que como mínimo tocaran una hora. Afortunadamente, este es el único pero que puedo ponerle a su show. Buen sonido, buena elección de repertorio y una genial conexión con el público.

La actuación empezaba con una nana cantada por una monja, (de la cual ahora mismo no recuerdo el nombre, mil perdones) mientras los suecos hacían acto de presencia. Como curiosidad, Pelle dejó la piel de zorro colgada de la batería en vez de llevarla sobre sus hombros como suele ser costumbre. Nuestra cultura no está acostumbrada a llevar pieles, pero para Suecia (y los países nórdicos en general) es como una tradición que pasa de mayores a jóvenes. El primer tema en sonar fue "Death Knows Where" y el público se desató con él. Prácticamente todos los asistentes se sabían las letras de las canciones y cantaban a coro mientras se realizaba una lluvia de headbanging. Creo que no hubo nadie que fuera capaz de quedarse quieto y no saliera de la sala empapado de sudor. Le siguió otro tema de “Sister”, "Lavender", para luego interpretar el primer corte de su segundo trabajo, "We Were Never Here".

Si hay que destacar una presencia sobre el escenario, este es sin duda Gottfrid Åhman, para que luego las malas lenguas digan que los bajistas no importan. Tuvo una actitud desenfrenada durante todo el set, acompañada de la enérgica batería de Uno y la casi enigmática presencia de Pelle. Su voz fue magnánima especialmente en temas como "A Buried Sun", una de las favoritas por el público, mientras que las guitarras de Niklas y Henrik destacaron en "The World, The Flesh, The Devil", "Horses in the Ground" o "Sister". Aunque sin duda, el tema estrella de la noche fue "To Her Darkness". Servidora casi se queda ahí plantada. Lamentablemente la noche debía terminar y para ello escogieron "Witches Sabbath" como despedida, sin duda el tema que los dio a conocer y el corte más "heavy" del evento.

Un concierto corto pero que todo el mundo supo disfrutar y sacar el mayor partido de él. Ojalá todos los lunes fueran así.

Crónica y fotos: Xell