Hace unos días pudimos disfrutar del directo de Letz-Zep, banda tributo por excelencia de Led Zeppelin. Hoy NachoGS nos trae la crónica de la noche, celebrada en la Sala Acapulco de Gijón.

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El pasado nueve de febrero tuvimos la suerte de disfrutar en Asturias de la visita de los británicos Letz-Zep, banda tributo de los míticos Led Zeppelin que dio un repaso magistral a su discografía  en una Sala Acapulco que presentó una muy buena afluencia de público.

Eran aproximadamente las nueve y media de la noche cuando las primeras notas de “Good Times Bad Times” sonaban en una  Sala Acapulco prácticamente abarrotada, un estado poco frecuente por desgracia, pero esta vez fue diferente y el público respondió a la convocatoria de forma masiva. Un público heterogéneo y de una media de edad algo más elevada de lo que suele ser habitual acudió al reclamo de los clásicos inmortales de Page, Plant y compañía.

Para ser sincero no soy muy amigo de las bandas tributo que tanto proliferan últimamente, más aún cuando muchas de ellas rinden tributo a grupos que aún están en activo, aunque este no es el caso que nos ocupa. pero por suerte Letz-Zep lo forman músicos experimentados que estuvieron a la altura de las circunstancias y cumplieron con nota el objetivo de rendir tributo sin caer en la burda imitación del original.

Eso sí, no faltaron las poses a lo Plant de un Billy Kulke muy locuaz durante toda la noche, en la que repasó su vocabulario de español además de hacernos partícipes del estado civil de todos los miembros de la banda.

Tampoco faltó la guitarra de doble mástil o el solo de guitarra ayudado por un arco de violín a cargo de Andy Grey,ni el enorme Gong en el set de batería de Benjy Reid, elementos que sirvieron para hacernos una idea al público asistente de lo que Led Zeppelin ofrecían en sus directos de los años setenta.

A mitad de actuación llegó una parte acústica en la que bajaron las revoluciones, quizás demasiado, pero que sirvió como preludio para sacar la artillería pesada en la parte final, cuando sonaron los clásicos de los clásicos como son “Whole Lotta Love”, “Black Dog” o “Starway to heaven”, que hicieron las delicias de todos y arrancaron por finlos rugidos del público subiendo los decibelios en la sala de forma notable.

Para finalizar se guardaron en la recámara dos clásicos inmortales como son “Rock and Roll” e “Inmigrant Song” con las que pusieron el broche de oro a dos horas en las que sonaron con gran calidad un puñado de temas que sobrepasan la esfera del rock para formar parte de la historia de la música.

Una noche en la que, seguramente sin que sirva de precedente, se nos apareció un espíritu superior, el “Zepeliano”, que hizo que todos comulgáramos en armonía bajo un mismo credo: el de la música.

Crónica y fotos: NachoGS