A finales de febrero la sala Babel de Alicante vivió una estupenda noche de metal con Brothers Till We Die, Maleek y Southern, una prometedora velda que obviamente no nos quisimos perder.

¡Aquí os dejamos la crónica de la noche!

 

Necesitaba volver a escuchar guitarras potentes, guturales controlados y acoplamientos con sus correspondientes pitidos. Hacía tiempo que no me pasaba por una sala pequeña para disfrutar de un concierto sin artistas mediáticos ni preparación previa para aprenderse canciones. Era un día donde se iba a poder disfrutar de dos bandas jóvenes como Maleek y Brothers Till We Die; con un homenaje a Pantera incluido por parte del combo murciano Southern.

Era viernes 28 de febrero y la Sala Babel de Alicante daba indicios de ambiente a las puertas. Se podía divisar a primera vista dos tipos de asistentes: los jóvenes amantes del hardcore de BTWD y los más entrados en años que habían comprado su entrada para desfogarse cantando los temas clásicos de la banda de Phil Anselmo y compañía. Una bonita estampa de diferentes generaciones apoyando la música en directo, una pintura al óleo que sería digna de conservarse en la retina.

Los primeros en salir al escenario fueron Maleek. Con un álbum en el mercado y otro EP con el que abrieron camino allá por 2013, llegaban dispuestos a hacer uno de sus últimos conciertos antes de sacar un nuevo rosco en el que están trabajando. Su sonido encandiló a los primeros asistentes, esos que se quedaron de principio a fin apoyando a cada uno de los grupos. Y, aunque la asistencia podía mejorar, gustaron a algunos que acabaron preguntando el nombre de la banda. “¿Cómo decías que se escribía?”.

Era la segunda vez que veía al combo murciano y, en ambas ocasiones, he visto positivamente su destreza sobre el escenario. Saben estar, tienen un frontman con un porte sencillo pero característico y un grupo de fans en primera fila que se lo pasaban en grande. Pudimos escuchar temas crudos y aguerridos como la potente “En Tu Oscuridad” o escucha exclusiva de algún tema perteneciente a su futuro nuevo disco. El final del concierto, con la subida a las tablas del vocalista de Lude para interpretar la magnánima “Rosas de Sarajevo”, supuso el broche de oro para un buen arranque de la noche.

Para sorpresa de muchos, en lugar de ser los madrileños BTWD los que actuaran, iba a ser el turno del tributo a Pantera a cargo de Southern. El tema de los grupos tributo o los renombrados como “homenajes” es un tema polémico dentro de la escena. En Alicante, fueron los que más público recibieron en la sala, por encima de las otras dos formaciones con canciones propias. Es un debate que va más allá de los grupos originales, se habla también de falta de creatividad. No creo que este sea un buen momento para entrar en el debate, pues es momento de hablar de lo sucedido ese 28 de febrero.

La formación estaba compuesta por miembros de Konsumo Respeto, Vendetta Fucking Metal o Deathsurrection. Un combo de lujo que avivó a un público algo apagado al principio de su actuación. El vocalista saltó del escenario para cantar e intimidar a las personas más paradas con afán de despertarlos de una pasividad desalentadora. Era una brutalidad en directo, pero que en canciones melódicas pecaban de poca coordinación. Por eso mismo, en el setlist predominaba el gutural de temas como “Mouth for War”, “A New Level”, “5 Minutes Alone” o “I’m Broken”. Aunque las más celebradas fueron “Walk” y “Cowboys from Hell” para sorpresa de nadie, fue uno de los mejores conciertos que recuerdo a nivel de garra y personalidad (muy paradójico tratándose de un tributo).

Pero aún quedaba un plato de primer nivel por ser degustado. El plato principal para mi gusto diría. Hacía mucho que no me topaba con ellos, la última vez en la extinta sala Marearock del puerto de Alicante por la que aún tengo pesadillas a causa de los circle pits con patadas voladoras. Pero esta vez Brothers Till We Die trasladaban su concierto a la Babel Live Stage, un recinto mítico de la ciudad que fue elegido para volver a tocar en directa tras unos meses de descanso y recapacitación.

Venían presentando su último trabajo “Touch These Wounds, I Came Back from Death”, un nombre muy largo para un concierto que se hizo muy corto. Aun faltando su bajista de dos metros, su hueco lo supo completar muy bien un recambio que se aprendió todo el repertorio ese mismo día. Una suerte para el grupo y para los asistentes. Y es que dio la talla con creces en un concierto donde no faltó un rezo inicial, perreo ni hostias entre los asistentes. Quien no conozca a estos chavales, de primeras se quedará pasmado con su propuesta, pero es la esencia que emana BTWD. El público fiel de la banda sabe a lo que va, y se dejaron las cuerdas vocales cantando a pleno pulmón junto al vocalista Felipe Alemán en temas como “Hand to Hand”, “Blood for Blood” o “Back in the Line”. Fue un concierto lleno de potencia donde no faltó la cuerda rota por exceso de efusividad. Contentaron y mucho, tanto que al final de su actuación agotaron las pegatinas gratuitas de su stand. Se puede decir que el presente y futuro de la música nacional viene pegando fuerte (y nunca mejor dicho).

Me encantó volver al ruedo de los conciertos de salas pequeñas y afluencia media, de cervezas de litro y búsqueda de la luz perfecta para conseguir al menos una única buena foto. Regresaba al tour del metal sentido como rabia y poder, como lucha de guturales por conseguir reventar la acústica de la sala; y mereció la pena.


Crónica y fotos: Juan Fernández