El verano es tiempo de festivales y en la saturada oferta nacional JuanF decidió acercarse el pasado julio a Gandía para disfrutar del Pirata Rock y su variado cartel.

¡Aquí os dejamos la crónica de la primera jornada!

 

 

Podría extenderme en las necesidades que tiene que cubrir un festival a la hora de facilitar trabajo a los periodistas que van a cubrir su evento. Sin embargo, la gran masa de asistentes descolocó por completo a una organización que no estaba preparada para tal reto. Todo salía mal. Nosotros llegamos justos para ver terminar a unos Ebri Knight que están en el momento más dulce de su carrera, pero no voy a adelantar acontecimientos y voy a empezar desde el principio. 

Con la gran demanda de festivales, es ya un hecho constatado que los beneficiados han sido los carteles variados musicalmente y no es un secreto si se dice que la rentabilidad económica es lo principal para no caer en el intento. Este Pirata Rock celebraba su tercer aniversario sin moverse del sitio, en Gandía (Valencia), y con la idea de expandir horizontes con un tercer escenario con horario independiente. Por allí pasarían, durante tres intensos días artistas como Berri Txarrak en su gira despedida, los siempre geniales Desakato, Narco con formación renovada o los locos de Sexy Zebras.

El primer día tenía tres nombres marcados en nuestra agenda como obligados: Ebri Knight, Xavi Sarrià y Els Catarres. Y por diversos problemas solo llegamos para ver el desenlace de unos Ebri Knight que habían montado una fiesta entre el público. Bailes en lugar de hostias en el pogo, versos de Miguel Hernández y reivindicación ideológica. Todo eso en una calurosa tarde de julio. En ese momento, y sin ninguna pretensión musical hasta las 23:30 que saldría Rozalén al escenario Transmediterránea, nos dirigimos a instalarnos en la acampada sol (más cara que la de sombra) en otro caso de crítica con la mala decisión del festival para jugar con la gente que compró más tarde el abono. Aquí nos incluíamos la prensa, pues no se nos dio facilidades tras confirmar nuestra asistencia escasos días antes.


(Foto: Paula Perales)

Y cuando fuimos directos al escondido escenario donde iba a tocar una de las artistas con más reconocimiento del panorama nacional, vimos un auténtico lleno del respetable hacia la artista albaceteña.  Cada festival que pisa, de tan dispar público, tiene una acogida inmensa. Sobre las tablas, la cantautora hace gala de un sentimentalismo cristalino, capaz de hacer florecer las debilidades de cada uno. A su lado, la gran Beatriz Romero interpretando cada canción en lengua de signos, una novedad que ya han conseguido naturalizar en sus directos. Porque cuando se habla de Rozalén, se habla de toda la banda que va con María, pues empastan a la perfección. Fuera de las míticas “La Puerta Violeta”, “Girasoles” o “Vivir”, las composiciones rezuman sabiduría y crudeza como en “El Hijo de la Abuela” o “Justo” y su ya famoso y emotivo speech.

Era magia. Un concierto donde se hacía cada vez más clara la premisa de que “Las Hadas Existen”, y María no perdió la oportunidad de interpretar a una de ellas. Cantar por Chavela Vargas debe imponer y mucho, pero con la soltura que ofrece el oficio, “La Llorona” sonó en el Pirata Rock como si fuese de estudio. Magistral recital que no decepciona en ningún momento. Independientemente de la música que escuches, por encima de todo está el buen gusto, Tercer concierto que veo de Rozalén, y los que quedan…


(Foto: Paula Perales)

Mientras ocurría esto, en uno de los escenarios principales estaba el gran Xavi Sarrià. El que fuese líder de la icónica banda valenciana Obrint Pas, pisaba Gandía dispuesto a alzar la voz de una cultura, de un idioma del que siempre ha sido pregonero. Para mí era una oportunidad clara de disfrutar por primera vez en directo de los últimos temas como “Alliberar-nos”, “A Ple Pulmó” o “Com Animals Salvatges”. Pero eso solo era la parte superficial. Mi cuerpo deseaba volver a ver a uno de los mitos musicales de mi adolescencia, aunque eso significase moverse entre escenarios.


(Foto: Paula Perales)

En solitario, un único disco le ha valido para que temas como “Amb L’Esperança Entre Les Dents” o “Atrevir-te” se conviertan en auténticos himnos de toda una carrera, pero aún les queda para llegar al punto de los que siempre estuvieron ahí. Y es que el clamor es atronador cuando suenan los primeros acordes de grandes temas como “La Vida Sense Tu” o “La Flama”. Pero lejos de todo esto, emociona ver a toda la gente con los puños en alto, alzando sus diferentes banderas y gritando al unísono “Visca la terra lliure”. Todo lo vivido en un concierto de Xavi Sarrià lo resume la canción “Viure”. Pero también se tiene que comentar el buen rollo que hay entre los componentes de El Cor de la Fera, la banda que lo acompaña. Sus caras de complicidad y alegría, el ritmo en las venas de la trompetista y lo bien que saben transmitir una seguridad sobre el escenario propia de los grandes.


(Foto: Paula Perales)

Era una primera jornada de vértigo que seguía con un solapamiento de dos grandes nombres. Boikot y Els Catarres, el punk contra el folk-rock. Soy seguidor de ambos grupos, pero es cierto que a Boikot los tengo muy gastados, por lo que me decidí por los catalanes para seguir el camino que había abierto Xavi. Este trio, acompañado por más músicos, son la alegría hecha concierto. Movieron a mucha gente joven, incluido a un chaval con la camiseta de Boikot que cantaba todas y cada una de las canciones. Y aunque rebajaron el grosor de los confetis dorados que lanzan, la calidad sonora seguía intacta.

Su música está cargada de temazos como “Fins Que Arribi L’Alba”, “Vull Estar Amb Tu”, “Rock & Roll” o “En Peu de Guerra”; pero la gente vibra con los nombres propios. “Jenifer”, “Marina” y “Tintín” son todo un acierto en directo. Y aunque su folk se ha ido tiñendo de pop festivalero, siguen siendo un reclamo para todo tipo de gustos musicales, siempre con un cerebro algo abierto de mente. Comentaba con un compañero de prensa, que el cambio de look de Èric Vergés me recordaba al protagonista de una película estadounidense de instituto. Pero no estábamos en Estados Unidos. Tampoco en “Tokyo”, aunque lo pudiese parecer. Era Gandía y Els Catarres triunfaron en la recta final de la gira.


(Foto: Paula Perales)

Para acabar el día, estuvimos viendo los conciertos de Eskorzo y Dakidarría. No tenemos testimonio gráfico debido a uno de los tantos problemas que surgieron el primer día, pero sí tenemos el regusto al licor café lanzado por los gallegos. Era el primero de tres días de festival donde veríamos a grandes artistas como Berri Txarrak en su gira despedida, el nuevo proyecto rockero del guitarrista de La Raíz llamado Valira o los siempre tan carismáticos Desakato. También tenemos que dar las gracias a Paula Perales, fotógrafa de Urban Life, por cedernos las imágenes con las que hemos ilustrado este inicio del Pirata Rock.

Crónica: Juan Fernández
Fotos: Paula Perales