Un año más, las almenaras del Z! Live llamaban a las huestes metaleras a Zamora y Keep the Flame volvimos a responder. Una vez más, disfrutamos del festival zamorano (y su ciudad) aunque fuera con medidas covid-19.

En el Auditorio Ruta de la Plata vivimos los conciertos de NocturniaMegaraDünedainÁngelus ApátridaTarja y Lèpoka. ¿Queréis saber cómo fue? ¡No os perdáis nuestra crónica!

 

No podía faltar. Desde 2016, ya es una tradición desplazarse hasta Zamora para acudir al Z! Live, sean las condiciones que sean: un día, dos días, de pie, sentados o como vengan las circunstancias. Hay que estar. Este año tocaba seguir con las medidas ya clásicas (desgraciadamente) de la pandemia, por lo que al igual que el año pasado se presentaba el festival en formato “Z Live Lite edition”. Esto quiere decir que había un aforo reducido de 1000 personas y que había que cumplir con las normas de estar sentados en todo momento, con mascarillas y no poder levantarse salvo para salir o ir al baño, algo que la gente cumplió en general muy bien.

Lo primero que quiero hacer es felicitar a la organización por su excelente trabajo año tras año. No tiene que ser nada fácil organizar un festival como este en las condiciones actuales, y la gente de Let Zed Live no solo no cejan en el empeño, sino que además año tras año van incluyendo alguna mejora al festival. Desde que llegas al recinto, te recibe alguien del staff y te lleva hasta tu sitio, los camareros no paran de darse paseos tomando comandas y llevándote la bebida, los baños los mantienen limpios, e incluso este año se han currado un cuadernillo muy simpático con pasatiempos, acertijos y preguntas metaleras para pasar el rato. También me gustaría apreciar el haber pintado de negro la pared posterior al escenario, la apariencia así queda mucho mejor. Reconocer la labor de la organización de este festival, siempre muy buena, es obligatorio en este caso y desde aquí nuestro agradecimiento, así da gusto.

El cartel de este año lo componían seis bandas, cinco de ellas nacionales, y de diferentes estilos. Nocturnia, Megara, Dünedain, Ángelus Apátrida, Tarja y Lèpoka eran los encargados de descargar sus directos y hacer disfrutar al personal, desde las 5 de la tarde hasta la 1 de la mañana. Los encargados de abrir fuego fueron Nocturnia, que se presentaban con su nuevo vocalista Kike Fuentes y su último disco “La tempestad” bajo el brazo. Me sorprendió ver que ya temprano había bastante gente en el recinto, ocupando gran parte de las sillas dispuestas, demostrando que el personal venía con ganas. Abrieron el concierto igual que se abre su último disco, con “Siempre hay un lugar”, donde el sonido no era todo lo nítido que podría, algo que se quedaría así durante su media hora de actuación. También tocaron otros temas como “En busca del tiempo” o “Hermanos”, donde pudimos comprobar que Kike es un gran fichaje para una banda de power metal, tiene una voz bonita, canta muy bien y le aporta a la banda un puntito más que antes. Lo malo del concierto de Nocturnia es que se hizo extremadamente corto, en media hora apenas te da tiempo a presentar 5 o 6 temas y nos quedamos con ganas de más cuando dijeron adiós con “Cenizas”, un temazo de su último disco.

Nunca había visto a Megara y me llevé una gran sorpresa tras su concierto, sin duda ofrecieron el mejor espectáculo visual del festival. Un escenario adornado con dos cuernos hinchables, máquinas de humo y motivos negros y fucsias en plataformas, el suelo, la batería (hasta las baquetas eran rosas) y el resto de instrumentos y por supuesto el pelo de su vocalista Kenzy, que nos daba la bienvenida al desastre para comenzar su actuación, en la que contaron además en algunos temas con dos bailarinas disfrazadas que seguían perfectamente una coreografía. Una puesta en escena muy cuidada y acertada, pues te mantiene pendiente de lo que pueda pasar en cada momento. Lo único que eché de menos, y seguro que la banda también, es que fuera de noche, estoy seguro de que tendrían algo preparado con las luces para mejorar aún más su propuesta visual.

Algunas de las canciones que pudimos escuchar fueron “Involución”, donde las bailarinas hicieron su primera aparición ataviadas de soldado, “Vivo de rodillas”, “Seis”, “Héroes” y “Alas”, una versión en castellano de “Wings” de Birdy, donde Kenzy se colgó la guitarra (por supuesto negra y fucsia) que sonó muy bien. También presentaron por primera vez en directo “Ni contigo ni sin ti”, un tema nuevo que estrenaron en redes el día anterior. Me gustó mucho la actitud de Kenzy durante toda la actuación, bailando, arrastrándose por el suelo y hablando sin ningún tipo de filtro, le dio un rollo muy bueno. Finalizaron con “Truco o trato” y creo que se llevaron unos cuantos nuevos fans al bolsillo, lo cual no me sorprende y continuará siendo así si trabajan de este modo. Muy buenos.

Y del mejor espectáculo del día, pasamos al mejor concierto. Dünedain, salieron, arrasaron y se fueron triunfantes. Un absoluto conciertazo el de los abulenses que aprovecharon su hora de actuación para tocar temazo tras temazo sin descanso. El punto negativo fueron los problemas técnicos al principio, y es que el micrófono de Tony no se escuchó hasta el tercer tema, donde se descompensó a la vez el de Carlos, que estaba en algunos puntos demasiado alto. Total, que hasta la cuarta canción no se escucharon las dos voces en condiciones. Tras una intro épica típica del power, empezaron con la machacona “A un paso del cielo”, un acierto total para abrir un concierto. Si no hubiera sillas, te pondrías a saltar desde el primer segundo. “Jodidas sillas de mierda”, comentaba Carlos en su primera interacción con el público. Estamos de acuerdo Carlos. Su repertorio se basó principalmente en sus dos últimos discos hasta que al final tocaron alguna canción más antigua. Me encantaron “Vuela”, “Memento mori”, el baladón “Eterno” que me pone la piel de gallina…y así podría seguir durante todo el set list.

Escuchar a Carlos es un absoluto privilegio. Es una de las mejores voces de nuestro metal y aunque le he visto ya muchas veces en directo, siempre me deja con la boca abierta. Canta con una potencia y llega a unas notas imposibles con una facilidad que parece que está cantando en la ducha, aparte de ser un buen frontman. También quiero destacar al bajista Alberto, que no para de moverse, le da mucho dinamismo al show y una imagen muy rockera. Como no podía ser de otra manera, las últimas en sonar fueron “Por los siglos de los siglos” y “Corazón de invierno”, para mí su mejor canción. Fin de la actuación, público en pie para aplaudir y aun coreando la melodía de la última canción y la mayor ovación del día. Muy merecida. Dünedain son muy buenos y nunca fallan.

Con el sol ya cayendo tocaba el turno del momento más extremo con Ángelus Apátrida, una de nuestras bandas más exitosas del momento, como refleja el dato de ese número 1 en ventas de su último disco conseguido este mismo año. Los de Albacete salieron como es habitual en ellos, a arrasar y no dar tregua ante un público más mermado que en los conciertos anteriores; al final eran el grupo de un estilo más diferente y se notó en la convocatoria. Salieron con “Indoctrinate”, de su nuevo disco homónimo, del cual caerían también temas como “Bleed the Crown” o “We stand alone”, dedicada por Guillermo a la organización del festival por hacer posibles eventos como en el que estábamos, apostando además fuerte por las bandas nacionales. Muy agradecido se mostró siempre el vocalista en sus intervenciones, repitiendo en varias ocasiones el lujo que era poder tocar y que la gente estuviera allí con ellos.

Por supuesto también hubo tiempo para canciones más antiguas como “Of men and tyrants”, “End man” o “Give`Em war” y “You are next”, que dejaron para el final. Buen concierto de Ángelus Apátrida, que como siempre repartieron estopa y demostraron su buen hacer y el porqué de su actual posición y éxito.

Y tras Angelus Apatrida le llegaba el turno al grupo cabeza de cartel, Tarja. Tenía muchas ganas de verlos, ya que hasta ahora no había tenido oportunidad de ver a la cantante finlandesa en directo y tenía bastante curiosidad. He de decir que su concierto fue una de cal y otra de arena. Por un lado, el show me gustó bastante, la banda tiene un sonido muy potente, Tarja cantó muy bien, como se esperaba de ella y salí bastante satisfecho. Pero por otra parte, percibí cierto grado de dejadez por parte de la banda debido a dos aspectos. El primero fue que no llevaron ni un telón propio del grupo, una puesta en escena totalmente sobria, sin ningún elemento decorativo. Solo colgaron un telón negro para tapar el fondo, y listo. Creo que a un cabeza de cartel de un festival y a un nombre tan importante en el heavy metal mundial como Tarja Turunen se le puede exigir algo más. El segundo punto negativo es que no aprovechó todo el tiempo que le había dado la organización. Su concierto estaba estipulado en una hora y media y, entre que empezó cinco minutos tarde y terminó con diez de antelación, apenas se notó en cuanto a tiempo que era la banda más importante. ¡Anda que no hubieran agradecido Nocturnia o Megara ese tiempo desaprovechado!

Sin embargo, como digo el concierto en sí me sorprendió para bien, especialmente la segunda mitad. Tarja salió al escenario con “Dead promises” y “Demons in you”, que me gustó mucho como sonó. Orquestaciones, sonidos grandilocuentes y mucha potencia vocal. “Goodbye stranger” se me hizo larga, ya que metieron una parte instrumental al final con solos de casi todos los instrumentos que creí que no terminaba nunca, pero “Diva”, por ejemplo, también me gustó mucho. “Volvemos ahora dieciséis años atrás” anunciaba Tarja en español (aunque no tenía claro en qué idioma expresarse, pues habló bastante en español pero también en inglés) y sonaron al teclado las primeras notas de “Nemo” de Nightwish, lo cual arrancó un “ooh” del público, siendo la única versión de su antigua banda que caería en la noche. También tocó “Over the hills and far away” de Gary Moore, muy famosa también en su antigua etapa. Como colofón final tiró de singles como “Innocence”, “Victim of ritual”, que contó con mucha participación del público, y los temazos “I walk alone” y “Until my last breath”. Y así se despidió, dejando un buen concierto pero con la sensación de que podría haber metido perfectamente un par de temas más al set. Tarja se mostró muy agradecida durante todo el concierto y no es para menos, se llevó también una gran ovación.

Tras la última espera para el cambio de escenario los encargados de cerrar la noche eran Lèpoka, que venían con el objetivo claro de terminar el festival con la fiesta por todo lo alto. Unos minutos más tarde de su hora estipulada, salieron al escenario con un sonido un poco embarullado con el tema “Beber para creer”, donde ya desde el principio se pudo comprobar que algo no funcionaba: la voz de Dani. El vocalista, hablando claro, estuvo muy mal toda la noche. Desconozco si venía resfriado o con algún problema en la garganta debido a su concierto la noche anterior pero dejaba cantar mucho al público, no enlazaba tres frases seguidas y prácticamente no daba ninguna de las notas altas de las canciones. Este hecho ensombreció bastante la actuación del grupo, por ejemplo, temas como “Pandemonium”, que me encanta, o “Heavyátrico” sonaron con bastante menor gancho que en su versión original.

Otro momento que tampoco ayudó fue una pedida de mano que ocurrió justo antes de la recta final del show. El concierto se interrumpió unos minutos para que saliera una pareja al escenario y él le pidiera matrimonio a ella. Para los que os guste la prensa rosa, ella dijo que sí, y será muy bonito y todo lo que queráis, pero a mí me rompió todos los esquemas y me paró totalmente el ritmo del concierto. La banda completó su concierto con otros temas como “La huella del dragón”, “Eternia” y con muchas canciones fiesteras como “El baile de los caídos”, “Seguimos en pie”, “Contra viento y marea”, “Yo controlo”, que no falta nunca y “El picorsito” como colofón final. No fue la mejor noche de Lèpoka, pero cerraron el festival de una manera animada, donde se hubiera agradecido mucho más el haber estado de pie.

Terminó así otra gran noche que nos brindó el Z! Live, y poco más que añadir que agradecer nuevamente a la organización y que, sin falta, ¡nos vemos el año que viene!

Crónica: Luis Martín

Fotos: FelipeSM - www.smfelipe.es